Escribe Pedro Medina León
El 26 de febrero de 2017, la 89th Edition of The Academy Awards concedió a Moonlight el Oscar a la mejor película. Dirigida por Barry Jenkins, filmada en Miami, en el barrio de Liberty City. Con un presupuesto de apenas cuatro millones de dólares, Moonlight presenta la historia de un personaje que, desde niño, enfrenta una crisis de identidad sexual en un gueto afroamericano bastante hostil. La crítica ha favorecido al film. Destaca, entre sus aciertos, que el reparto es íntegramente afroamericano y que muestra una cara poco conocida de Miami.
Los primeros afroamericanos que llegaron al sur de Florida se establecieron en Biscayne Bay y Coconut Grove. Emigraban desde las Bahamas, huyendo de la pobreza, a estas prósperas tierras agrícolas. Cuando Miami se fundó como ciudad, el 42% de su población provenía de la isla y, a pesar de su mayoría, las diferencias no tardaron en marcarse: los afroamericanos se asentaron en Colored Town —ahora Overtown—, zona que creó una frontera imaginaria de la cual era preferible que no salieran y donde nació el primer Red Light District de Miami, Hardieville, cuna del gambling y la prostitución. Además, las personas negras no podían ejercer ningún trabajo que pudiera realizar un anglo. La policía, que solo contaba con oficiales blancos, tenía autorización para disparar a matar a cualquier afroamericano que opusiera resistencia al ser arrestado y los niños no tuvieron acceso al high school hasta 1926, por ser considerados seres inferiores. Estas diferencias empezaron a encontrar un freno recién a finales de la década de los sesenta, cuando la comunidad afroamericana vandalizó las calles, dando origen a los Miami riots, esas reyertas de las que se registraron más de doce, entre las cuales el caso McDuffie dejó una marca imborrable.
Una de las noches más oscuras de Miami fue la del 17 de diciembre de 1979, antesala al riot de 1980, cuando Arthur McDuffie, joven negro de 33 años, manejaba una Kawasaki y un oficial le ordenó que se detuviera, pero no lo hizo. Se desconoce la razón por la cual no acató la orden y se dio a la fuga. Minutos después, fue detenido y golpeado por más de media docena de policías y su cuerpo quedó tendido sobre el pavimento, inconsciente, convulsionándose, derramando por el cráneo, la nariz y los pómulos sangre que dibujaba manchas de color chocolate sobre el asfalto. Días después, perdió la vida en el Jackson Memorial Hospital.
Nunca se logró esclarecer las causas de la detención y la golpiza, y los policías implicados fueron suspendidos temporalmente y demandados. En la audiencia, que se llevó a cabo el 17 de mayo de 1980, el fiscal los absolvió de culpa y una turba afroamericana no tardó en salir a las calles de Liberty City a reclamar justicia. Las protestas se prolongaron durante tres días y dejaron un saldo total de 417 víctimas, entre muertos y heridos —mayormente blancos—; viviendas, autos y comercios destrozados; y escuelas cerradas. Liberty City es aún el barrio afroamericano más representativo de Miami, seguido por Opa Locka y un sector de Coconut Grove. La comunidad afroamericana representa el 20% de la población de Miami, repartida entre originarios de Haití, Jamaica y Bahamas, esta última con predominio en cuanto a cultura y religión. Uno de sus legados más valiosos es el cementerio Charlotte Jane Memorial Park, antes llamado Coconut Grove Bahamian Park, donde, según cuenta la leyenda urbana, Michael Jackson grabó el video Thriller.