Escribe José Carlos Picón
Existen dos tomos valiosos del narrador Guillermo Niño de Guzmán publicados en 1996 y 1999, respectivamente: “La búsqueda del placer” y “Relámpagos sobre el agua”. Ambos volúmenes recogen notas sobre literatura y ensayos referentes a diversos autores y libros. En un lenguaje claro y de profunda reflexión, el autor desarrolla temas y motivos encarnados en la vida y obra de figuras mundiales y peruanas de la literatura.
Este año, Tusquets acaba de publicar “Hasta perder el aliento. Cuaderno de letraherido I”, que reúne, como refiere el autor, algunas meditaciones íntimas, apuntes, notas de lectura, más no con el interés confesional o experiencial de un diario. Muchos pueden alegar que se trata de una bitácora. La publicación de un contenido resguardado en libretas que Niño de Guzmán garabateaba cada tanto.
En el texto de presentación el narrador cuenta que este proceso de escritura comenzó en 1997 en Europa. No tenía la mínima intención de publicar estos escritor, nunca lo evaluó. Es años después, en la actualidad, que personas cercanas lo animaron luego de su lectura y previo reencuentro con estos objetos.
A diferencia del tenor de los primeros libros mencionados, aquí quizás no se sienta un pensamiento esquemático que busca delinear los contornos o la materia de obras literarias. Mas bien, son ejercicios propios del devaneo entre libros y productos culturales de diversa índole, aunque señale el autor que los temas centrales del conjunto son la escritura y la lectura.
Y es que, varios de los apuntes giran en torno del cine, el arte y la música. Mark Twain, Picabia, Hemingway, Chet Baker, Miles Davies desfilan a través de la pluma. Diversas figuras de la cultura mundial suceden por el ojo y el pensamiento de Guillermo.
Sin duda, uno de los aportes más importantes del libro es la inclusión de un relato que, según Niño, podría aparecer en “París era una fiesta”, obra póstuma del autor de “Por quien doblan las campanas”, tranquilamente. Se trata de “La educación de Mr. Bumby”, un homenaje a su primogénito Jack Hemingway.
No cabe duda, estos textos reunidos son la huella de una pasión. De un amor que puede romper todo límite. Es la muestra, además, de un ejercicio que muchos lectores realizan para acompañar sus pesquisas, lecturas, emociones. La escritura como signo del tiempo en que asimila poderosos momentos estelares de la historia de la humanidad.
