Escribe Dagoberto Fonseca
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Philip Kerr, escritor escocés de 61 años, estudió leyes en la universidad de Birmingham y trabajó como redactor publicitario antes de consagrarse en 1989 con la magistral Violetas de Marzo, con la que inició una serie de thrillers históricos ambientados en la Alemania nazi, conocida como Berlin Noir y protagonizadas por el detective Bernie Gunther. En 2009 obtuvo el III Premio Internacional RBA de Novela Negra, dotado de 125.000 euros, por Si los muertos no resucitan, cuya historia transcurre en un Berlin en pleno apogeo del nazismo poco antes de las Olimpiadas y la II Guerra Mundial. Algunos críticos coinciden en señalar que el éxito comercial de sus novelas reside en gran medida a la fascinación morbosa por el nazismo y a la escrupulosidad con que Kerr describe las entrañas de su maquinaria criminal.
Bernie Gunther, exagente de la Policía Criminal, se ha convertido en un icono del detective privado que navega entre la intriga y el delito, entre la ficción y la realidad, intentando no contaminarse con la ideología nazi. Sin embargo, cuando se fusionan la policía, el Servicio de Seguridad SD y las SS, termina bajo el mando de estas últimas. Gunther es un personaje paradójico -cínico y alcohólico-, ocupado en resolver crímenes individuales mientras se perpetra el mayor genocidio de toda la historia.
La dama de Zagreb está ambientada en la Alemania de 1942, cuando Gunther es el comisario de policía de la jefatura de Alexanderplatz de Berlín —en pleno declive del nazismo—. Joseph Goebbels, el temido ministro de Propaganda, lo convoca y le encarga una misión en apariencia no peligrosa: convencer a la famosa actriz Dalia Dresner, a protagonizar una película para los estudios de la UFA, el más importante de Alemania, donde Marlene Dietrich grabara El ángel azul. Cuando Bernie la conoce, queda prendado por su belleza y surge un romance que les puede costar la vida a ambos, pues Goebbels está obsesionado con seducirla a toda costa. Dresner, que se resiste a tener algún affair con Goebbels, condiciona su participación en la película a conocer el paradero de su padre desaparecido hacía muchos años. Para cumplir con esta exigencia, Gunther realiza un peligroso viaje a Yugoslavia acompañado de dos miembros de las SS, donde descubre la extrema crueldad de los nacionalistas croatas, integrantes de la organización terrorista Ustacha, aliados del nazismo, que basaban su política en la supremacía étnica del pueblo croata (germen de la Guerra de los Balcanes de principio de los noventa), y otro a Suiza, donde descubre algunos negocios secretos de generales nazis.

Uno de los méritos de Kerr es la rigurosa documentación histórica de la que se vale para escribir. En esta novela logra una magistral ambientación de la vida en Alemania cuando ya se vislumbraba su derrota en el frente ruso, abordando algunos sucesos de la época con precisión. Para ello combina la ficción con los hechos históricos, haciendo una aproximación a la participación de algunos oficiales de las SS de alta graduación: Ernst Kaltenbrunner, Walter Schellenberg, Hans Eggen y de colaboracionistas como Kurt Waldheim, elegido secretario general de la ONU en 1972, quien fuera acusado en 1986 de haber participado en el exterminio nazi de los judíos de los Balcanes como oficial del ejército de ocupación.
Las intrigas, asesinatos, romances y traiciones atrapan al lector desde sus primeras páginas y lo llevan a leer sin pausa hasta el final. Algunos críticos están de acuerdo en que esta novela es la mejor que ha producido el autor británico.
El crítico Antonio Lozano refiriéndose a las novelas de Kerr, dice: «Para mí, lo mejor de la serie es la ambigüedad y la precisión con que se describen las contorsiones humanas para adaptarse a un régimen totalitario y a una guerra devastadora mientras se vive, se ama, se sufre y se ríe». Corran a buscarla.