María Antonieta Oliveros Fossa: «La naturaleza está cobrando la dejadez humana».

La escritora y traductora peruana acaba de publicar "Lolo, el guacamayo", historia que aborda la importancia del cuidado del medio ambiente.

Una entrevista de Gabriel Rimachi Sialer

La historia de Lolo, el guacamayo, es bastante interesante porque el problema central no radica sólo en la problemática ambiental sino en la forma en que esto le afecta a él como personaje, cómo el drama que vive lo termina por transformar.

Lolo es la representación del ser diferente y único. Nuestra sociedad está llena de gente especial que se distingue de otra por su condición, por su forma de ser, de pensar y de actuar. Es allí donde nace la idea de crear un personaje que, a través de una imagen peculiar como es el guacamayo, lleve a descubrir lo que puede ocupar el interior del ser, el espíritu, la intención en sí misma más allá de lo que su apariencia muestre.

La humanidad se enfrenta hoy en día a problemas exteriores como la contaminación del medio ambiente y por otro lado a problemas interiores como son la falta de empatía, la falta de aceptación y la no tolerancia por mencionar algunos. Nuestra sociedad sigue siendo egoísta en muchos sentidos, ha dejado de pensar en los demás y se ha centrado en su bienestar personal a costa de todo. Esto daña nuestra convivencia en todas las formas y se refleja cada vez más en nuestro hábitat. Lolo refleja en esta historia la antítesis de todo ello. Esta ave con colores intensos y llena de vida que parece tenerlo todo y no necesitar nada más, demuestra que la naturaleza necesita de la misma naturaleza para subsistir y que el ser vivo es parte de esa naturaleza sea como sea que exista.

Además, el personaje del ave lleva implícito el mensaje de la libertad…

¿Qué mejor que ser un ave de bellos colores, volar a sus anchas por donde quiera, nunca pasar frío y vivir en la maravillosa selva tropical? Esta realidad es tan tentadora que de inmediato es aceptada, pero ¿qué pasa si se alteran las condiciones? ¿Qué es lo que realmente vale en la vida más allá de quien la viva y cómo se viva? ¿Es que la apariencia, la condición y las limitaciones del ser bastan para ser incluidos o no en la sociedad?

Lolo, el guacamayo, me pareció el personaje idóneo para llegar a un público infantil y tratar temas difíciles de entender a tan tierna etapa de la vida. Creo que este simpático personaje y la alteración de su condición de vida pueden contribuir en algo a eliminar las barreras de los prejuicios, fomentar la inclusión y a crear empatía, aparte de despertar la conciencia respecto al cuidado del medio ambiente.  

El mensaje es claro: cuidar la selva pues es un recurso finito si el hombre sigue maltratando el medio ambiente ¿Cuánto de esto será responsabilidad de los niños de hoy en el futuro?

Los niños de hoy deben crear conciencia lo antes posible sobre la importancia del cuidado del medio ambiente en toda su extensión y también del cuidado de la sociedad en la que vivimos. Es necesario recurrir a todo medio, sobre todo a los recursos creativos, para llegar a ellos y despertar el interés que devendrá en una buena acción pro ecología y pro humanidad en el futuro.

Está claro que es ahora donde se debe hacer algo más de lo que ya se ha empezado a hacer para cuidar nuestro hábitat y para mejorar nuestra convivencia dentro de la sociedad, pero también está claro que no se está haciendo lo suficiente. Continuamente nos enfrentamos a las consecuencias del descuido y abandono de los valores que rigen una vida equilibrada en paz y armonía, y la naturaleza se está cobrando la dejadez en la que el hombre la ha sumido a lo largo de los años. Hablamos aquí no sólo de la emergencia climática, sino también de problemas sociales no resueltos como el racismo, la marginación, la violencia de género, la pobreza, la poca empatía hacia la diversidad, la no inclusión, etc., que son problemas igualmente graves y que exigen atención.

La responsabilidad para hacer de este mundo uno mejor es de todos y no debe posponerse para después. Si los niños de hoy son conscientes de esta grave situación, entonces el adulto de mañana estará preparado para ser empático, tomar mejores decisiones y actuar en bien de la vida en sociedad y de la vida en la naturaleza.  

Lolo sacrifica su color como único recurso para poder devolverle la vida a la selva (es además una metáfora muy bella), ¿qué tenemos que sacrificar nosotros para no perder un recurso tan rico e importante?

El sacrificio de Lolo, va más allá de sus colores. Si se deja volar la imaginación y se traspasa la frontera de la interpretación inicial, lo que puede llegar a reflejar la transformación de Lolo es una renuncia a los placeres de la vida misma y propia a cambio de un bien común para con el prójimo como es la existencia. ¿No se trata de eso la vida en comunidad dentro de una sociedad? Es un constante dar y recibir, para luego nuevamente dar y recibir y así sucesivamente.

Además de esto, volvemos al tema ecología y sociedad, pues son dos temas que van muy ligados dentro de un amplio contexto. Si el hombre aprende a respetar lo que le da vida como es la naturaleza misma y todo el espectro natural que interviene en el hábitat, entonces podrá llegar igualmente a entender, aceptar y respetar a todo ser humano en todo su espectro. Para lograr esto, debemos aprender a dar de nosotros y a actuar, a salir de nuestra zona de confort y a atrevernos a ver más allá de lo que alcanza nuestra vista, a conocer más de lo ya conocido y de lo desconocido, a permitirnos entender, aceptar y tolerar. Debemos ampliar nuestro criterio en todo aspecto, crecer y evolucionar para bien como seres humanos y naturales que somos. La sociedad es diversa exactamente igual como lo es la naturaleza, y así como la naturaleza es inclusiva y crece poderosa a través de la inclusión de su propia diversidad, la sociedad debe ser diversa y aceptar su diversidad e inclusión para poder avanzar y subsistir.

Mención aparte es el tema de las ilustraciones ¿son tuyas? ¿Cómo seleccionaste los colores?

Nuestra selva, y nuestro Perú en particular, está lleno de colores. Colores que denotan lo diversa que es nuestra sociedad y cultura. Los colores son simbólicos y cada uno refleja un mundo en sí mismo que puede ser interpretado libremente por el espectador.

Las ilustraciones en esta historia están hechas sólo para acompañar la lectura y se muestran de una manera artesanal con toda la intención de valorar ese proceso. El cortar con las manos, acomodar los recortes, pegar, hacer collage, colorear con el lápiz, formar figuras y lograr algo que no es perfecto y que se nota es lo que se ha buscado lograr en este cuento. En la vida nada es perfecto y un cuento para niños debe poder mostrarlo. Estas figuras tratan, a través de su sencillez, de dejar espacio a la libre imaginación de los pequeños lectores para que sus imágenes se amplíen con sus ideas y con sus colores a medida que se van sumergiendo en la lectura.

Un niño especial, único y diferente colaboró activamente en la realización de estas ilustraciones y sutilmente en la creación de toda la historia de Lolo. Él me enseñó que los colores pueden mostrarnos mucho más de lo que son y que pueden hablarnos sin palabras. Por eso, debo decir que Lolo, el guacamayo, es un cuento al que le tengo un gran cariño y que, al gozar de una trama poco común, deja a las mariposas volando en la mente…

¿Por qué ubicaste la historia de Lolo… en Tambopata?

Como peruana amante de mi país y de su cultura, conozco afortunadamente mucho de nuestro maravilloso territorio y agradezco a mis padres que me enseñaron a recorrerlo y a quererlo. Tuve la oportunidad de conocer la hermosa selva amazónica de Madre de Dios donde se encuentra la Reserva Nacional Tambopata y me quedé impresionada por su belleza, por su energía y por su misterio. Su flora y su fauna marcaron para siempre mi imaginario personal y en mis procesos creativos recurro algunas veces a ese mundo cuando dejo volar mis ideas. En particular, me encantan los guacamayos y no sólo por sus colores, sino por su forma de ser. Me parecen unas aves muy especiales y que sobresalen de lo común.

Además de que la selva está siempre amenazada por el cambio climático y la actividad del hombre.

La selva peruana es todo un universo real que necesita atención y que tiene mucho que ofrecer. Aun así, esta queda continuamente relegada en su historia, en su promoción y en su turismo. Todavía no se tiene clara conciencia de la vital importancia de la Amazonia  para el ecosistema mundial y creo que es deber de todos promover su visibilidad de todas las formas posibles y abogar por su preservación y respeto en todo ámbito. La Reserva Nacional de Tambopata me pareció un lugar perfecto para poner a la selva en contexto.

¿Cuán importante crees que es la formación del hábito de la lectura en los niños?

El hábito de la lectura es fundamental en el desarrollo del individuo en sí, desde su infancia hasta la vida adulta. La lectura nos abre mundos a los que no llegaríamos de ninguna otra manera. Estos mundos nos permiten no sólo evolucionar intelectualmente y ampliar nuestro universo personal, nuestra observación, reflexión y nuestro imaginario, sino también penetrar en campos de ideas alternativas. Con la lectura podemos evolucionar interiormente y madurar emocionalmente.

Los niños deben tener la oportunidad y el acceso a la lectura siempre, ya sea esta lectura de texto o lectura de imágenes. Claro que es muy importante saber escoger lo que se lee y allí hay que poner mucha atención, sobre todo si se trata de un público lector infantil o juvenil con una percepción aún inmadura. El poder de la lectura es tal que sin que te des cuenta te atrapa en sus hilos de interacción y hay que saber cómo enfrentarla. Qué mejor que iniciarse en la lectura a edad temprana e ir avanzando con los años y con los libros.

En ese sentido la presencia de los padres en el desarrollo del hábito lector es muy importante…

Recuerdo que mis padres siempre me incentivaron en la lectura. En nuestra casa siempre ha habido una biblioteca llena de libros y siempre ha estado dispuesta para que esos libros sean descubiertos. Los cuentos de Charles Dickens, Mark Twain y de los hermanos Grimm los recuerdo con especial cariño pues son los que me acompañaron en mi infancia y ocuparon mi mente y mi curiosidad en aquella época. De ellos aprendí muchas cosas buenas que recuerdo hasta ahora.

¿Cómo te iniciaste en la lectura?

Siempre me gustó refugiarme en la lectura desde edad muy temprana. Me gustaba leer todo lo que llegaba a mis manos y despertaba mi curiosidad y mi imaginación. La escritura también empezó a llamarme la atención desde niña. Solía inventarme historias cortas, escribirlas y guardarlas en mi memoria. Algunas veces recurría a ellas y se las contaba a mi hermana menor cuando no podía conciliar el sueño y el solo hecho de captar su interés en ellas me inspiraba a seguir inventándomelas. También recuerdo una poesía que escribí dedicada a la madre que me llenó de orgullo cuando ganó un concurso escolar de primaria y fue publicada.

Desde pequeña entonces tenías esta inclinación por el arte.

En el colegio mis cursos favoritos fueron Arte, Lenguaje e idiomas, así que cuando empecé la universidad, mi camino tomó el rumbo de Lenguas y Traducción. En los estudios, la lectura es inherente a la profesión y su práctica es fundamental. También cuento con formación en Artes Plásticas, ya que siempre me gustó pintar y nunca quise abandonar ese talento. Puedo decir con certeza que las letras y el arte son mis dos grandes pasiones que me ocupan y me alegran el espíritu siempre. La lectura sigue siendo mi refugio cuando quiero visitar otros mundos y alejarme un poco de este. Siempre es bueno permitirse escapar y perderse, y si es con una buena historia, una buena poesía, un buen cuento o una buena revista, me basta.

Como autora ¿cuáles son tus expectativas sobre la lectura que de «Lolo…» puedan tener los niños?

Me gustaría que la lectura de Lolo, el guacamayo, ampliara el mundo interior de los niños que lo lean o de los niños a los que se les lea la historia. Sería una satisfacción que a través del cuento en sí y de sus simples ilustraciones, se logre descubrir la intención de sus personajes, que se profundice en sus diferentes ideas y conclusiones y que se pueda llegar a la reflexión. Los grandes temas que ocupan hoy en día están ocultos en su trama y si esta se lee con suficiente interés y curiosidad, se puede empezar a ser consciente de mucho desde la infancia. Lolo presenta diferentes posibilidades de interpretar una realidad y sólo si se le da la oportunidad de ampliar la comprensión lectora, entonces su objetivo estará logrado.  

Me encantaría que Lolo motivara uno o varios temas apropiados de conversación entre los niños o entre los padres y sus pequeños hijos, explotando así toda la gama de interpretación que la historia otorga.

¿Qué otros proyectos literarios tienes?

Siempre es importante tener proyectos, los realices o no. Puedo decir con gusto que tengo algunos por concretarse y otros por planearse. En cuanto a la escritura, siempre estoy escribiendo mentalmente y muchas veces sin papel y lapicero. Esto, por el simple placer de hacerlo. Tengo varios escritos por pulir y por animarme a publicar. Para sentir que escribes no necesitas hacer públicos tus escritos -leí una vez por allí-, y eso tiene mucho de cierto. Así que ya sea que publique mis manuscritos o no, me alegra sentir que puedo escribir y que lo disfruto mucho. Quizá Lolo vuelva a aparecer con una nueva historia, pues su energía y sus agallas se han quedado conmigo. Veremos.

Veo que la naturaleza ocupa un lugar importante en tu obra.

La naturaleza siempre ocupa un lugar importante en mi escritura, ya sea en narrativa o poesía. Tengo un libro de poemas para niños ya publicado –“En tu vuelo, mariposa…” que va dirigido también a descubrir lo bello que es la vida al aire libre y la experiencia de disfrutar las cosas simples y naturales que la vida puede ofrecer.

Por otro lado, al igual que con mi actividad artística, me gusta mucho la idea de poder apoyar con mi actividad literaria el descentralismo en todo sentido. Creo que el proceso de la narrativa o de la poesía también puede aportar mucho en esta necesidad urgente -hablando de la realidad social en Perú- y estas son áreas creativas en las que me siento muy bien, así que tengo un proyecto de novela juvenil que implica este tema y que espero concretar pronto.

Y llegar a más lectores de todo el país…

Si la creatividad está en las venas y el discurso es claro y fuerte, entonces se debe aprovechar y hacer algo productivo siempre que se pueda. Perú no es sólo Lima, Perú es la provincia y todo lo que ella ofrece, y el centralismo afecta mucho el progreso y el avance de un Perú completo. Se debe hacer mucho más para visibilizar el interior del país, por eso mi próximo proyecto literario estará “descentralizado” y apuntando en esa dirección.

Gabriel Rimachi Sialer
Gabriel Rimachi Sialer. Director y Fundador del Círculo de Lectores Perú. Autor de los libros de cuento "Canto en el infierno", "El color del camaleón", "El cazador de dinosaurios", "Historias extraordinarias"; la novela infantil "La increíble historia del capitán Ostra"; y la novela "La casa de los vientos". Reconocido en la antología nacional "El cuento peruano 2001-2010", del crítico literario Ricardo González Vigil, dirige la editorial Casatomada y la revista del Círculo de Lectores.

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