Micaela Chirif: «Tratemos a los niños como las personas que son»

Una entrevista de Gabriel Rimachi Sialer. Micaela Chirif es filósofa, poeta y autora de libros para niños. En 2013 fue galardonada en el XVII Concurso de Álbum Ilustrado “A la Orilla del Viento” por su Más te vale, mastodonte, libro álbum ilustrado por Issa Watanabe; y en 2014 recibió su segunda mención en el prestigioso Catálogo White Ravens por […]

Una entrevista de Gabriel Rimachi Sialer.

Micaela Chirif es filósofa, poeta y autora de libros para niños. En 2013 fue galardonada en el XVII Concurso de Álbum Ilustrado “A la Orilla del Viento” por su Más te vale, mastodonte, libro álbum ilustrado por Issa Watanabe; y en 2014 recibió su segunda mención en el prestigioso Catálogo White Ravens por Desayuno, libro álbum ilustrado por Gabriel Alayza y que acaba de ser traducido al inglés (y, además, es la única autora peruana en la historia del catálogo).

La literatura infantil atraviesa un momento interesante en cuanto a la cantidad de títulos que salen a diario, y un momento preocupante si nos fijamos en la calidad de las historias. Con Micaela conversamos sobre este y otros temas referidos a la literatura infantil, y, por supuesto, sobre su última entrega, «Un circo sin carpa», escrito en coautoría con el narrador Carlos Yushimito, una historia que nos devuelve a la emoción de la aventura y que cuenta cómo se van consolidando los lazos de amistad, mientras descubrimos nuevos brillos en lo cotidiano.

Micaela, eres poeta, Carlos es narrador. Las reuniones creativas han sido mayormente entre un escritor (o poeta) y un ilustrador o pintor ¿cómo funcionan en este caso una poeta y un narrador?
Bueno, ha sido una reunión que ha funcionado estupendamente. Hemos trabajado muy bien juntos. Carlos tiene más experiencia en narrativa y yo en libros para niños así que creo que fue una buena combinación. Trabajamos juntos desde el planteamiento del argumento y de la estructura de la novela. Supongo que eso hizo que ambos pudiéramos sentir el proyecto como propio.

Lo pregunto porque el proceso creativo siempre es íntimo, y uno como creador maneja los espacios y decide el destino de sus personajes, influye entonces, indirectamente, el carácter de quien escribe…
Sí, es verdad. Lo que nos ayudó fue que definimos el argumento de la historia desde el primer momento. Luego Carlos escribió la primera mitad. Originalmente, yo sería la editora. Pero el proyecto quedó abandonado a la mitad durante un buen tiempo. En algún momento hablé con Carlos y le dije que me daba pena que un libro tan lindo se quedara a medias y convinimos en que yo escribiera la segunda mitad. Como te decía, el argumento lo hicimos juntos. Cuando Carlos escribió la primera parte, yo fungí de editora, así que no hubo interferencias con su trabajo. Y cuando yo escribí la segunda mitad, Carlos la editó. De alguna forma, alternamos los papeles. Quizás por eso funcionó. No hubo ni discusiones,
(no de las malas). Solo conversaciones.

«El grito provenía del carromato de Fabrizio, el amaestrador de serpientes. Salía de su alojamiento cuando los niños llegaron, apresurados, hasta él. Lo encontraron frotándose un brazo y visiblemente adolorido. Tenía el torso desnudo, y varios collares de semillas rojas cubrían parte de su cuello, dándole a su pecho la apariencia de un tupido remendado de lana. Su nariz aguileña, grande y afilada, estaba concentrada en la serpiente: una culebra enclenque que siseaba, observándolo sin moverse, como si le prestara atención. Parecía hipnotizada por la voz que susurraba su amo.
—¿Acaso no te cuido bien? —le decía en voz baja Fabrizio—. ¿No te doy por lo menos un ratoncito todas las semanas y huevos de pajarito cada vez que los encuentro?
—Oímos un grito —dijo Román, acercándose—. ¿Te encuentras bien?
Fabrizio asintió, como si nada hubiera pasado.
—La Yacumama —dijo por último, señalando a su mascota, una pequeña pitón de franjas rojas y blancas que se enroscaba inofensivamente a su brazo, como si fuera una barra de caramelo derretido—. Anda de mal humor últimamente. No sé qué le pasa». FRAGMENTO

El circo siempre ha ejercido una fascinación en las personas, recuerdo al vuelo a Valdelomar. El circo es también un universo independiente de la vida «normal», con sus normas, códigos y misterios ¿cómo aparece esta figura del circo en la historia?
El circo ha sido siempre un lugar donde todo es posible y, en efecto, es un espacio donde las reglas de la vida diaria no valen. Ahora, en este caso, se trata de un circo que enfrenta problemas muy pedestres con la administración. municipal. Lo fantástico, sin embargo, no deja de ocurrir: sucede en la búsqueda de una solución a esos problemas. Se plantea una salida que, siendo práctica, es también fantástica.

Me gusta sobre todo porque está presente la aventura, el riesgo, y eso es algo que la literatura infantil última no desarrolla mucho, se van más por el lado de la enseñanza moral…
Sí, quisimos hacer una novela de aventuras. Que los protagonistas (Fátima, Mateo, Román) resolvieran problemas de grandes por su cuentas y siguiendo su propia iniciativa y su propio criterio. Además, quisimos tener un escenario muy local. De hecho el libro está ambientado en el norte, en Puerto Eten y hay mucho personajes que provienen de distintos lugares del Perú.

Portada de "Un circo sin carpa", la nueva entrega de Micaela Chirif y Carlos Yushimito.

Portada de «Un circo sin carpa», la nueva entrega de Micaela Chirif y Carlos Yushimito.

Están además referencias a animales de la selva, la yacumama, y este bufeo al que hacen pasar por delfín…
Sí, hay muchas referencias locales. Eso era muy importante para nosotros. Que los lectores encontraran referencias familiares en la historia, porque la mayoría de los libros que leen los niños en nuestro país, no todos pero muchos, tienen referencias que les son completamente ajenas. Hay un escenario costeño pero con referencias a la sierra y a la selva.
esas referencias aluden también, de alguna forma, a las migraciones que hay y que ha habido en nuestro país, pues el libro no gira en torno a las migraciones pero es un tema que está en el fondo: los hermanos que viajan desde Lima hasta puerto Eten van a ver a su abuela y tienen familia en el norte. Román nació en la selva, igual que su tío, en Moyobamba. El circo, se menciona, ha recorrido el Perú. Se narra un evento ocurrido en Cerro de Pasco. Hay un personaje medio italiano…

¿Por qué tantos autores creen que es sumamente fácil escribir para niños?
Porque subestiman a los niños, creen que los niños se conforman con cualquier cosa o que basta con hablarles de cosas bonitas y en chiquito. Hay más libros para niños ahora porque hay un mercado más amplio. Pero si te acercas a la literatura para niños buscando dinero o algún tipo de reconocimiento, estás yendo en la dirección equivocada. Escribir para niños es un asunto serio. Es una escritura que, creo yo, debe asumirse con toda seriedad. Hay que ofrecer libro buenos a los niños, hay que hablarles de todos los temas. Hay que tratarlos como las personas que son.

La poeta a los 11 años. (Foto: Billy Hare)

La poeta a los 11 años. (Foto: Billy Hare)

Y tampoco hay un cuidado en el tema de la ilustración. Mi experiencia como lector de infantil se remonta a mi niñez, con esos cuentos de formato grande con ilustraciones rusas que habían entonces. Eso ya se perdió, pero uno compara, y mucho de lo actual sale en negativo.
Recuerdo esos libro rusos. Eran maravillosos. Hay muchos libros lindísimos ahora
también, muchos con una gran calidad de texto y de imagen, pero, con el auge del libro álbum, a veces pasa que tienes ilustraciones maravillosas con textos que no están a la altura. Por otro lado, lo de «literatura para niños» es complejo; hay buena literatura y hay mala literatura. Hay buena literatura que se puede leer desde los dos años (con ayuda, evidentemente), y hay buena literatura que debe leerse un poco más tarde. La llamada literatura para niños, cuando es buena, suele gustar a todos. Es decir, a públicos de edades muy diversas

Ahora, los niños de hoy, llamados nativos digitales, tienen otra visión del mundo, y crecen en un medio donde la violencia la vives en los dibujos animados, desde que despiertas ¿cómo pensar temas que les interesen literariamente cuando «mejor» es la pelea y el Play Station?
No soy ninguna experta en fomento de la lectura pero creo que hay un trabajo conjunto de padres y maestros. También del Estado, que debe implementar bibliotecas y ayudar en la difusión del libro y la lectura. No creo que el play station esté reñido con la lectura. Creo que a un niño pueden interesarle ambas cosas. Pero el libro es un gusto que se tiene que enseñar, y que es importante aprender que, a veces, algunos libros que cuestan un poco más de trabajo, y resultan muy placenteros cuando uno logra entrar en ellos.
No creo que la culpa sea del play station sino de las fallas en el fomento a la lectura. Pero, como te digo, no soy experta en el tema. Y sobre la cuestión de la violencia y los temas que son o no son «para niños», es muy curioso cómo hay gente que se escandaliza porque un libro dice «pedo» pero no le ve ningún problema a que la criatura esté sentada durante horas simulando asesinatos, (lo del «pedo» es una historia real).

Una vez escuché a una señora quejarse porque un cuento que hacía referencia al trasero del mandril, era llamado «poto».
(Risas) Así es, es verdad. A lo mejor la señora esperaba que el mandril no tuviera poto.

¿Qué ha significado para ti como autora ser seleccionada para el catálogo de White Ravens?
Ha sido una gran alegría. Es un catálogo muy prestigioso y es la primera vez (primer ay segunda porque fueron dos libros, «Buenas ncohes, Marina» y «Desayuno») que un libro peruano aparece en ese catálogo, que lleva muchísimos años.

¿Qué expectativas tienes ahora como autora?
Ahora, sigo escribiendo. Es eso lo que uno hace ¿no? Tratar de hacerlo un poco mejor cada vez.

 

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