Falleció Rubem Fonseca, uno de los grandes de las letras brasileñas.

El escritor que renovó la literatura brasileña contemporánea falleció en su casa a los 94 años de edad.

Publicado

17 Abr, 2020

La muerte de un escritor como Rubem Fonseca (Juiz de Fora, 1925) ha conmocionado a su legión de lectores en toda Hispanoamérica pero, además, ha dejado en la orfandad a muchos escritores brasileños que siguieron sus pasos luego de descubrir esa bomba de tiempo que fue “Año nuevo”, colección de cuentos que apareció en 1975 y que marcó un antes y un después en la forma de escribir en el Brasil con su lenguaje crudo y directo, y sus temáticas que retrataban la violencia y el abandono de las clases sociales más pobres de su país.

A menos de un mes de cumplir 95 años, Rubem Fonseca sufrió un infarto mientras participaba de una comida en su departamento ubicado en Rio de Janeiro. Los familiares declararon a la prensa que fue auxiliado por emergencias y trasladado en una ambulancia a un hospital del barrio de Botafogo, pero llegó sin vida.

«Yo escribí treinta libros. Todos llenos de palabras obscenas. Nosotros los escritores no podemos discriminar las palabras. No tiene sentido que un autor diga ‘eso no lo puedo usar'», dijo en la ceremonia de premiación del galardón Machado de Assis, otorgado por la Academia Brasileña de Letras, en 2015. Pero Fonseca no era ajeno a los premios ni distinciones. En 2003 su ya destacada trayectoria profesional mereció el Premio Camoes, uno de los mayores que puede recibir un escritor de habla portuguesa; se mismo año recibiría de manos del colombiano Gabriel García Márquez el Premio Juan Rulfo de cuento, uno de los más prestigiosos de las letras hispanoamericanas. En 2004 recibió el Premio Konex Mercosur a las Letras; en 2012 el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas; y en 2015 el Machado de Assís, el principal galardón de la literatura brasileña.

«Yo escribí treinta libros. Todos llenos de palabras obscenas. Nosotros los escritores no podemos discriminar las palabras. No tiene sentido que un autor diga ‘eso no lo puedo usar'»

Fonseca rompió el molde de las letras brasileñas con su estilo directo, su humor ácido y una violencia que era imposible de evitar en sus historias, lo que le trajo problemas a sus libros por las polémicas que generaban, como ocurrió con la impactante “Feliz año nuevo”, una historia donde unos delincuentes desesperados, adictos y hambrientos, entran con una escopeta a una casa en un barrio de clase media alta donde los habitantes se preparaban para recibir el año nuevo con una fiesta a todo dar y donde todo termina en un festival de sangre que golpea al lector más entrenado.

Entre su extensa obra figuran «Lucia McCartney» (1967), «Feliz año nuevo» (1975), «La cofradía de los Espadas» (1998); además de las novelas «El caso Morel» (1973), «Agosto» (1990), y «El gran arte» (1983), esta última considerada por lectores y críticos como la obra maestra del brasileño. Hasta hace pocos meses sus libros no dejaban de provocar polémica, la gobernación del estado brasileño de Rondonia ordenó retirar los libros de Fonseca junto a los de otros grandes autores como Mário de Andrade, Machado de Assis o Euclides da Cunha, clásicos de sus letras.

Creador del inolvidable “Mandrake”, que llegó incluso a ser una serie de HBO y en la que el propio Fonseca fue guionista, Fonseca incursionó también en el cine y los guiones. Policía, abogado, juez, escritor, guionista, Rubem Fonseca supo aprovechar –gracias a una crítica visión de su espacio- las penurias, dramas y ternuras de un Brasil que no solía mostrarse tan descarnadamente al mundo. Un grande.

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