Los olores del pueblo
El olor de los perros mojados por la lluvia.
El olor a sopa en la casa del herrero.
El olor y el peso de esta ropa húmeda.
El olor a pasto recién cortado.
El olor a kerosén del Bram Metal.
El olor a grasa en los fierros del tren.
El olor a jazmín de esas noches calientes.
El olor del cielo, que cae.
El olor a encierro que sale de mi pieza oscura.
El olor del auto nuevo.
El olor de la marcha indecisa por la ruta.
El olor de la escala moral.
El olor a té de tilo.
El olor del agotamiento espiritual.
El olor de la botellita de cognac.
El olor a basura en el sifón del lavaplatos.
El olor a Dios,
cuando se empieza a descomponer y no para.
El olor del vacío.
La caída
Un hombre se derrumba.
Parece que busca rutas olvidadas, playas,
una siembra, en aquellas regiones perdidas
donde ya no gira más el sol.
Es imposible que yo mismo sea
el hombre que cae por la ventana.
Menos mal que se desplomó
desde su propia mirada
y que una roldana lo desliza
como si sujetara un piano,
mientras la tierra lo baja y lo baja
tensando la cuerda podrida
en un lento teatro de suspenso.
Menos mal que se deshoja
y revela su peso inusitado,
como un Cristo de Grünewald.
Imposible que yo sea el que salta del mundo
y flota unos instantes sobre su propia risa.
El que vuela como volaría un árbol
arrancado por las tormentas
que lavan y deslavan el aire.
Es imposible que yo sea alguna vez
el hombre que cae por esa ventana,
tan extraño, tan nítido.
Cerca del río
El cazador aparta los matorrales
y espera agazapado.
Se cuida de la noche,
ha visto cómo esas luces inexplicables
salen de los pajonales,
parecen ojos que vuelan juntos
en una mirada que patrulla el horizonte circular,
luego se distancian
para ver cada uno lo suyo
sobre la tierra inmensa
y al final se apagan como cigarros
en cualquier parte.
El cazador se duerme junto a un fuego débil
y sueña con aquellas luces.
El campo sigue mórbido bajo la niebla.
Sueña que es el animal más fuerte.
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Daniel Calabrese. Poeta argentino nacido en Dolores, provincia de Buenos Aires, que reside en Santiago de Chile desde 1991. Su primer libro, “La faz errante”, obtuvo el Premio Alfonsina Storni (1990) en Argentina. Le siguieron “Futura ceniza” (1994), “Singladuras” (1997) y “Oxidario” (2001), premiado por el Fondo Nacional de las Artes en Buenos Aires. Su libro “Ruta Dos”, de amplia repercusión crítica, obtuvo el Premio Revista de Libros en Chile (2013) y se publicó en la Colección Visor de Madrid (2017) con prólogo de Raúl Zurita. La versión italiana fue nominada entre las cinco mejores obras extranjeras. Su último libro es “Compás de espera” (2022), basado en su experiencia como soldado durante la Guerra de las Malvinas. Sus libros de poesía y antologías personales, la más reciente: “Un cielo para las cosas”, se han publicado en más de diez países. Parte de su obra está traducida al italiano, inglés, francés, portugués, griego, búlgaro, chino y japonés. Es fundador y director de RIL editores y de Ærea. Revista Hispanoamericana de Poesía, y miembro del Consejo Internacional de la Fundación Vicente Huidobro.