Escribe José Carlos Picón
El yaraví, por lo menos el difundido en las creaciones de Mariano Melgar, alude a una retórica amorosa, y por otro lado, manifiesta una condición de híbrido entre dos culturas, es un producto mestizo que converge en los espíritus de la cultura andina y la castiza española. En ese sentido, el libro “Yaraví” (Panóptico, 2021) del escritor y poeta chimbotano Braulio Muñoz, presenta una serie de composiciones que emprenden el camino de la nostalgia, la melancolía, la iluminación paradigmática de un espacio emotivo, en tanto, estadios geográficos de la memoria. Y Muñoz es entrañable, coloquial, refiriendo la presencia de Qalaywa (lagartija en castellano), una especie de alterego, acompañante, espejismo ontológico, que opera como sostén moral y solidario del poeta. Así también incorpora voces quechuas y paisajes.
Braulio Muñoz y el mundo interior
El alma humana, el sentimiento familiar, las creencias y la fe, los viajes, el amor, la pasión son visitados desde la subjetividad del yo poético, para articular una compleja sensibilidad que entreteje lo provinciano que es universal. La ternura, la tristeza, el dolor, el recuerdo son las fibras con que Braulio palpita su quehacer de artesano, revitalizando el poder y el espíritu de un libro anterior, “Plaza mayor” (Celacanto, 2017).
“Ana Isabel llegó con modales / de niña-bien y blusas de percal / recitaba poemas / ida por rumbos insondables / tomaba ron con Coca Cola / en ocasos lentos”. El nombre propio es hito en varios textos, puerto y destino de emociones, afectos, nostalgias.
Por otro lado, Muñoz trasunta su vibración existencial durante situaciones de su vida mediante la sublimación onírica, sonora y musical. Trae la reverberación, eco y estela del mar, emprende hacia objetivos sin confines, azarosos, de atmósfera etérea. No obstante, esa voz que el autor escoge sirve para dialogar, convertir en interlocutores a sus presencias no presentes: “no te asustes hermano / te gustaban las paltas / que ella te ofrecía cuando / las dunas recogían sombras”. “Yaraví” es el libro de la música y los sentimientos, una fiesta de carnaval de picos melancólicos notables: “¿A dónde manyas Qalaywita / ¿buscas pareja por esas pitajayas? / dime / ¿penas por algo?”. Con él constatamos la presencia de un poeta singular, con una voz de oficio, interesante en sus planteamientos estéticos, honesto en su madurez sentimental. Búsquenlo ya.