Cajón de memoria y de regresos de Jorge Díaz Untiveros

“Retablo”, de Jorge Díaz Untiveros, forma parte de una constelación de libros de poesía editados por PanÓptico, proyecto del también poeta Paul Forsyth, y que ha conseguido posicionarse dentro del circuito literario local con muy buen pie, gracias a la calidad de los poetas y de sus textos.

Escribe José Carlos Picón

La memoria familiar ha sido motivo de innumerables experiencias literarias. Constituye un trabajo similar al sugerido por Elizabeth Jelin en “Los trabajos de la memoria” pero, en el caso de la escritora, desde otra puerta de ingreso y, además, con estructuras teóricas sólidas y pertinentes. En “Retablo”, en cambio, Jorge Díaz Untiveros se detiene en hitos de la historia de su familia, utilizando la emotividad como reencuentro de asimilaciones interiores de lo que fue narrado y vivido en su entorno sea cual fuere el tiempo cronológico.

“Retablo”, palabra asociada a una tradición, artística por un lado, y estética también. La representación visual de la historia actual o milenaria, a través  de estos volúmenes y figuras dispuestos gramaticalmente en una caja de composición colorida, cuentan, relatan y reconstruyen, tanto memorias como rituales, recuerdos individuales y colectivos.

La dedicatoria del libro señala a la ciudad de Huancayo como digna de reconocerse. Una carga sanguínea y vivencial palpita en un entorno urbano rural que ofrece momentos a lo largo del tiempo, de inicios de la décadas el siglo XX hasta el la actualidad o los pasados cercanos. Es “Retablo”, entonces, la memoria vívida, ya sea por el recuerdo o la oralidad –como se transmiten los mensajes intergeneracionales en contextos de ritualidad.  

Díaz dispone una serie de textos, algunos relacionados a hechos históricos concretos, aparentemente. En estos, construye un modo lírico de simpleza que relata articuladamente un recuerdo, una alegoría, un signo, a la vez que ritual. El relato lírico de una era a través de cuidados poemas coloquiales de íntimo aliento: “Aquí estaremos, /aguardándote, /con nuestra melancolía de entrecasa”.

El desplazamiento en estos poemas, así como el reencuentro, son constantes. “He regresado a verte,/ Torcaza mamita,/pasando por ciudades extrañas”. En otros momentos, la voz poética clama por perdón: “Madre de madres, Virgencita de Cocharcas,/¡perdona estos pensamientos!”.

Poeta peruano Jorge Díaz Untiveros (Foto: Perú21)

Con una sensibilidad andina de rasgos sencillos, en sintonía con la claridad y el paisaje, ciertos poemas están cerca de la canción, emparentados, pero no del todo, con el yaraví o el huayno, aunque sin duda más complejo, uno arraigado al proceso y al trabajo de la memoria, en pos de la construcción de una personal.

“Estás aquí y duermes/Eres maravilloso. Como maravilloso es saber que antes estabas en cada puesta de sol”, refiere el poeta en “Hijo mío”. Las dinámicas de la historia como hilo conductor hasta el presente, es auscultado también en este libro: “La ciudad nos desmiente a cada paso.//Bajo la trenzadura de sus postes,/bajo sus brazos de niebla y de llovizna,/un otoño por cuadra, un Cristo por cerro” (“La familia arriba a Lima (La Victoria, 1968)).

“Yo quisiera, a faldas del cerro San Cristóbal,/ser cadáver alegre que alimente/a pumas y cóndores” (Estrella divaga acerca de su vida-Cañete, 1979), es otro poema que también consigna un espacio geográfico específico dentro de Lima.  Los nombres propios utilizados en los títulos de algunas de las piezas recuerdan, por cierto, la “Antología de Spoon River” de Edgard Lee Masters, voces enunciadas desde la primera persona en tono de confesión: “Mi historia debe ser contada/como noche de naufragio”.

 Finalmente, el ciclo vital, la elipse de la vida, hace presente su huella, “He vuelto a la casa vieja/donde fui feliz”. Es un retorno duro melancólico. “Mi familia ya no está”, vacío que sin embargo, es neutralizado por una reflexión de orden integral que funciona como epílogo: “Volverán a brillar en nosotros/todas las cosas del mundo”.

José Carlos Picón
José Carlos Picón (Lima, 1979) es periodista y escritor. Ha colaborado en diversos medios impresos y digitales, en páginas culturales y en plataformas de entidades públicas y privadas. Cuenta con dos libros de poemas publicados, "Tiempo de veda", (2006) y "Canciones de un disco cualquiera", (2013).

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