Escribe Javier García Wong Kit
Si la literatura fuera una carrera, publicar la primera novela debería ser tan importante como colocarse en una buena posición al inicio de la competencia. De alguna manera sirve para marcar el ritmo de la narrativa que tendrán las futuras obras, el estilo y el universo en el que seguramente se desenvolverán algunas de ellas. Con “El homónimo” (Mediática, 2023), Bruno Rivas Frías ha causado la impresión que deja ese corredor que sale de la partida, toma la delantera y se ubica al frente con inusitada solvencia.
Ese término, solvencia, se adecúa muy bien a los capítulos breves, pero bien cerrados, con los que se va construyendo la historia de un periodista con su mismo nombre que muestra los ires y venires del mundillo de la prensa escrita y televisiva local, cambiando ciertos nombres, pero manteniendo el foco en la realidad nacional limeña contemporánea, tan propensa al chisme, las puyas, la discriminación de clases y las acomplejadas relaciones familiares y laborales.
El alter ego del autor sirve de eficiente narrador y de conflictivo personaje, no porque sea parte de su naturaleza sino por lo contrario: por su deseo de evasión y por las dificultades que le produce vincularse con gente altanera, presumida e hipócrita, entre otros especímenes típicos de la fauna peruana. Además, nos permite acercarnos al drama de la identidad, pero desde un punto de vista más práctico: el de la necesidad de autoafirmación del lugar que ocupamos en nuestro entorno, por más común y corriente que pueda ser.
Bruno Rivas y su homónimo tienen un mundo en común, pero se encuentran en posiciones diferentes que cambian la perspectiva en que uno mira al otro. Por si fuera poco, la presencia inevitable del Bruno que se desempeña como chofer inquieta al Bruno periodista, lo que va tejiendo un relato plagado de incomodidad, recelo e inseguridad, lo que resulta propicio para mantener el interés por una historia que no busca ser fantástica ni dramática, solo inquietante en los pequeños nudos que van surgiendo mientras avanza la trama.
Estamos ante el debut literario de Bruno Rivas en una carrera que recién empieza y en la que de seguro mostrará otras facultades como narrador, además de las técnicas prestadas del periodismo (en especial cuando se relatan las coberturas internacionales del protagonista), que toman su propio carril en esta ficción comprendida en el rubro de la literatura urbana realista, con personajes que pueden percibirse como sencillos o que pueden despertar una mirada inquisitiva a los estereotipos que conviven entre los grupos de periodistas, políticos y otras personas formadas para vivir de la apariencia intelectual y la conveniencia social.