En 1973 el director William Friedkin presentó al mundo una de las cintas consideradas como obra maestra del terror: El Exorcista. La cinta, que desde su inicio en el proceso de filmación fue considerada como «maldita», está basada en la novela de William Peter Blatty de 1972, quien falleciera hace pocos días a los 89 años en Bethesda, pueblo ubicado a las afueras de Washington.
Blatty falleció de cáncer, mieloma múltiple, según informó el diario Washington Post. En noviembre de 2015, el escritor participó junto a Friedkin en la ceremonia de colocación de una placa conmemorativa de su célebre cinta junto a la empinada escalera por la que cae y muere el padre Damien Karras.
El exorcista se rodó durante 20 días en la capital estadounidense en octubre de 1972, con el barrio y la Universidad de Georgetown como escenarios principales. Considerada «una de las mejores obras de terror de todos los tiempos», la película fue nominada a diez Oscars y únicamente se llevó los de mejor guión adaptado y mejor sonido. La respuesta de Blatty a aquella situación fue: «La Academia de Hollywood debería recoger sus bártulos y dedicarse a hacer pasteles de manzana o lo que sea que puedan hacer bien».
La novela fue un gigantesco éxito de ventas y permaneció en la lista de los títulos más vendidos durante 57 semanas, manteniéndose en el número uno durante 17 de ellas.
La carrera cinematográfica de Blatty, nacido en Nueva York, comenzó a levantar el vuelo como coguionista de «El nuevo caso del inspector Clouseau» (1964), de Blake Edwards, y continuó con una revisión al guión de «El último hombre vivo» (1971), adaptación de la novela de ciencia ficción «Soy leyenda», escrita por Richard Matheson. Luego escribió y dirigió el clásico «La novena configuración» (1980), basada en su novela «Twinkle, Twinkle Killer Kane», y se encargó de dirigir «El exorcista III» (1990), basada en su propia novela, «Legion».
Una buena razón para volver a ver esta gran cinta de terror.