El escritor peruano radicado en Estados Unidos, Pedro Medina León, ganador del Florida Book Award 2017 por «Varsovia», acaba de publicar su nueva novela, «Americana» (Sudaquia editores 2019). Esta vez la historia se desarrolla en el Miami de 1958, donde un grupo de jóvenes cubanos se reúne por las noches en un chalet a conspirar un golpe contra Fulgencio Batista y así recuperar la Cuba que había sido depositada en manos de los “gringos”. Considerado como el máximo representante del Noir Tropical en español, Pedro Medina León, regresa con una nueva aventura del Comanche, para mostrarnos la crudeza de una metrópolis que se vende como refugio y capital de Latinoamérica, pero en la que el peor enemigo de un latino es otro latino. A continuación les dejamos en exclusiva con el primer capítulo de la novela.
Miami
Noviembre, 1958
Cindo y Avilanosa se reunirían al día siguiente en el Bobby Machado. Precisarían los detalles del secuestro al avión. Los militantes de Juventud revolucionaria escuchaban atentos, en la pieza de paredes color verde olivo, dispuesta con una mesa de madera, cinco sillas de plástico de diferentes colores, la bandera de Cuba arropando una de las paredes de lado a lado y un balcón donde salían a encender tabacos. Cindo presidía Juventud revolucionaria, con sus botas negras de cuero y su uniforme del mismo color con el que había pintado la pieza un domingo en que el aire tibio que se colaba por las ventanas, hacía que le chorrearan las gotas desde la espalda y el torso desnudo y se le metieran dentro de los pantalones y los calzoncillos. Su mujer, Delia, se encargaba de recolectar donaciones en dinero o víveres que les hacían las familias acaudaladas cubanas del barrio noble de Coral Gables y la ciudad de Tampa para enviar a los rebeldes barbudos de la Sierra Maestra. Lo empacaban desde el transbordador de Key West a La Habana, donde un funcionario que recibía un sobre con dólares que le hacía llegar Avilanosa sacaba la carga por la izquierda. Además, se juntaban el Poeta, el Matemático, el Oriental y la Actriz que apoyaba a Delia en las diligencias económicas. Ellos eran la cúpula, aunque Juventud revolucionaria no solo tenía células en Miami sino por la Florida entera.
1.
—So we are gonna have a mi brother again por acá.
—Aquí me tienes, Yanki, el Sweet Dreams siempre ha sido mi casa.
—Cheers.
—Salud.
—Cheers por eso y por ese fucking haircut con el que andas.
—No empieces a joder.
—Hey, man, look how clean y ordenada I’m giving you your room. No me trates así.
—Te he pagado el primer mes junto, el colmo si no.
—In what is that you are gonna work?
—Mañana empiezo en un Telemarketing, a un par de cuadras.
—Yeah, right, algo me comentaste when you called me.
—Así es.
—Well, men, good luck mañana.
2.
El Comanche colgó sus tres camisas azules y tres negras, su par de Levi’s, cerró la puerta del clóset, se sentó al borde de la cama y se quitó la liga que amarraba su cabellera, cada vez más escasa, y que había dejado crecer quizá por negarse a perderla. Su mirada hizo zapping por las paredes color verde olivo, la puerta del baño, la mesa de noche, la cama y la cafetera para la cual compraría café al día siguiente.
Antes de acostarse encendió un Marlboro, volvió al balcón y se recostó en la baranda de indefinido color blanco y sarpullida de puntitos de óxido. El Yanki había dejado su vaso a un poco menos de la mitad y el Comanche lo secó de un sorbo. Sobre la mesita aún quedaban el Bacardí, la Coca Cola, los limones, y en el suelo el ice bag era ya un plástico sobre agua. A la Calle 8 le daban vida las luces de los postes y uno que otro auto que esperaba el cambio a rojo. En primer plano, el Comanche veía la ventanita del Tropicana, donde la especialidad era el cortadito con leche evaporada que preparaba el Cara de Jeva; el Cubatón: juguetes, prendas y supplies para toda ocasión; La Carreta, a la que no se podía faltar un martes a comer el lunch special de carne con papa, y la florería Las Lilas, donde conoció a Mariolys y le llevó cortaditos del Cara de Jeva y no paró hasta arrancarle el vestido. Special delivery, así se anunciaba, asegurándose de oler a Brut para estamparle un beso en el cachete. Mariolys sonreía, ya no se veían caballeros así.
—¿A qué hora es tu lunch? —preguntó un martes el Comanche.
Normalmente Mariolys almorzaba a las doce. Alguna bobería que ella misma había cocinado la noche anterior.
Empezaron yendo uno que otro martes. Luego la mesera los veía y, sin preguntar, acomodaba cubiertos en la barra y al Comanche le servía su carne con papa con dos porciones de arroz, y a Mariolys con arroz y maduros.
Después, Mariolys probó las fiestas en el balcón del Sweet Dreams, con Héctor Lavoe de fondo, y primero cayó la blusa y siguió la falda.
Hoy tenemos fiesta, decía el Comanche cuando pasaba los viernes por Las Lilas. Y se despedía apachurrándole una nalga entre el descuido de algún cliente.
—Pero qué pinga tan inquieta tú tienes, caballero.
La ansiedad de empezar un trabajo nuevo y, por primera vez, dejar de ganarse el dinero investigando crímenes, le ganaba la partida y no podía dormir. El Comanche había pasado una temporada en Miami Beach tratando de establecerse, pero todo era caro y la gente una mierda. Solo sabía ganarse la vida investigando y estaba cansado de ello. Intentó abrirse camino de alguna otra manera, pero en Miami Beach o vendía el culo o vendía merca. No le quedó más que seguir con los casos. El último en el que trabajó fue para un traqueto, Jairo Córdova, y logró reunir dinero suficiente para asegurarse un mes de vivienda y largarse de South Beach.
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Pedro Medina León nació en Lima, Perú, en 1977. Su novela Varsovia ganó el Florida Book Award 2017 y también es autor de los libros Mañana no te veré en Miami, Marginal y Tour: una vuelta por la cultura popular de Miami, Americana y editor de las antologías Viaje One Way y Miami (Un)Plugged. Además es creador y editor del portal cultural y sello editorial Suburbano Ediciones y como gestor cultural ha sido co-creador de los programas Pido la Palabra #CuentoManía, Miami Film Machine, Miami Literario y Escribe Aquí –galardonado con una beca Knight Arts Challenge por la Knight Foundation Center-. Es speaker en temas de historia y cultura popular de Miami para el Florida Humanities Council y estudió literatura en Florida International University y en su país Derecho y Ciencias Políticas.