Escribe Christian Reynoso
Eduardo se encuentra con Giuliano, un amigo de la infancia, en un lugar de la selva peruana. Son adolescentes. Giuliano lo invita a nadar en el río y se desnuda sin pudor. Enseguida, se sumerge de un chapuzón. Eduardo duda, pero finalmente lo sigue. Con un poco de temor salta al río. Ambos descubren la calidez del agua y sonríen. Salen del río y vuelven a lanzarse, una y otra vez. Ambos saltan desde el escenario a la platea. Son los espacios imaginarios para recrear la selva y el río. De pronto, Eduardo siente el impulso del deseo, la proximidad del cuerpo de Giuliano.
En realidad, esta escena es un recuerdo de Eduardo. Y es una escena de la obra teatral “El cuerpo de Giulia-no”, dirigida por Sammy Zamalloa, inspirada en la novela homónima de Jorge Eduardo Eielson (1924-2006), que se presenta estos días en la Universidad de Lima. En realidad, Eduardo está recordando escenas de su vida en la selva, en Venecia, en Roma, mientras atestigua ante un policía. Su amante, Giulia, ha sido encontrada muerta en Venecia y él es la última persona que la ha visto. Giulia le trae el recuerdo de Giuliano. El impacto de su muerte le abre recuerdos, pulsiones y cuestionamientos. Las cosas inacabadas, la búsqueda del amor, la aceptación de una identidad que no termina de construirse.
Con una escenografía minimalista en la que la sábana juega un rol esencial, a modo de un gran traje de seda y/o mortaja, los actores Emanuel Soriano, Gisela Ponce de León, Miguel Dávalos y Alberick García, dan vida a esta historia. La puesta en escena se apoya en saltos en el tiempo que, en juego con escenas fragmentadas, nos pintan un fresco violento por momentos, psicológico por otros, y poético en tanto, para ingresar a la mente de Eduardo y el drama que vive. Una adaptación en la que la actuación, la imaginación, el lenguaje y la poesía van de la mano y exigen al espectador no bajar la guardia.
El director de la obra, Sammy Zamalloa (Lima, 1990), parece tener un gusto en especial por la adaptación de obras de la literatura peruana, lo que resulta alentador. En su carrera, ha llevado a escena el libro de relatos “Los inocentes” (1961), de Oswaldo Reynoso (1931-2016), en 2018, con una gran propuesta escénica e impresionante fuerza actoral, a la altura del ritmo disruptivo del libro. La obra se ha presentado en Lima, Arequipa, Cusco, Antofagasta, y próximamente en Veracruz. Con “El cuerpo de Giulia-no”, Zamalloa confirma su talento en la dirección teatral.
