Escribe Guillermo Schavelzon
Uno de los participantes de la masterclass que ofrecí sobre “Cómo conseguir editorial”, me preguntó para qué alguien querría publicar su libro en una edición tradicional, impresa en papel, cuando Amazon ofrecía varias modalidades de edición digital.
Mi respuesta fue que, no sólo es la forma de edición que prefiere la gran mayoría de lectores en todo el mundo, sino que, para el autor, la edición en una editorial tradicional, con libros expuestos y en venta en las librerías, sigue teniendo el valor simbólico de la consagración (en el sentido de “titulación” o como dice la Real Academia Dedicarse íntegramente a alguien o algo.
Publicar en libro de papel es el equivalente del título habilitante que existe en otras profesiones, pero no en la de escritor.
Hace unos días hice un ejercicio: tomé las ventas de ejemplares de varios libros de un autor exitoso del que tengo toda la información, y calculé cuántos ejemplares de habían vendido -en todo el año 2023- en cada formato. El 80% del total fueron ejemplares impresos en papel, el 15 % en audiolibro, y el 5% en libro electrónico.
En los últimos tiempos lo que más me sorprendió de todo lo que leo sobre este tema, es una encuesta realizada en Estados Unidos entre centenares de librerías que están dentro de los campus universitarios, porque sus clientes son todos estudiantes, y por edad son “nacidos digitales”. Sin embargo, la respuesta abrumadora fue que los alumnos prefieren comprar los libros con los que estudian en formato papel, incluso aunque cuestan más que la versión digital.
¿Qué esta tendencia podrá cambiar? Sin duda, pero no sabemos qué sucederá, es imposible saber lo qué pasará en el futuro, pero los gurús que hace quince años anunciaron el fin de la edición de papel -que fueron muchos, muy seguros de lo que decían- evidentemente se han equivocado.