Escribe: Gabriel Rimachi Sialer
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Pedro Llosa Vélez (1975) es autor de los libros de cuentos Viento en proa (Premio Dedo Crítico, 2002), Protocolo Rorschach (Finalista Premio PUCP, 2005), y Las visitaciones (Premio APJ 2014), es decir, estamos ante un escritor que sabe del oficio pero, ante todo, estamos ante un gran observador. La medida de todas las cosas (2017), el reciente libro de cuentos de Llosa, es una prueba de ello.
El libro está separado en dos partes (primera y segunda) y cada una de ellas está compuesta de tres cuentos. En la parte primera el autor aborda el tema de los conflictos de pareja y las frustraciones sexuales y familiares que terminan por asfixiar a sus personajes; se nota la fuerte influencia de Onetti en la forma en que el narrador nos va acercando a los límites del abismo, pero esta influencia no es muy positiva en cuentos como Unas fotografías, apenas, texto con el que se abre el libro y que nos recuerda inmediatamente a El infierno tan temido, del escritor uruguayo. Otra de las cosas que llama la atención es la forma en que sus personajes se vinculan de alguna u otra forma con la filosofía, la economía y la historia (en este último caso a la historia reciente del Perú), ya sea como parte de una discusión académica o como profunda reflexión que cuestiona el entorno del personaje, y esto exige, ciertamente, a un lector avisado para enfrentarse a textos que, sin llegar a ser densos, contienen mucha información. Cazadores de ostras es, para mí, el cuento más destacado de esta primera parte.
La segunda parte es la que me gustó mucho más (esto del gusto es una cuestión bastante subjetiva y depende de cada lector), porque acá las historias son más dinámicas y más complejas y hay que estar atento a los cambios de espacios y voces, y algo en lo que Llosa es bastante bueno: la arquitectura narrativa. El cuento El juglar de la feria remite inmediatamente a una anécdota real sucedida hace algunos años con un columnista del diario El Comercio, y que Llosa -esto es una especulación- habría utilizado como germen para la ficción. La medida de las cosas es uno de los cuentos más logrados del libro, una historia de un negro literario que sucumbe a la necesidad impuesta por la angustia económica para poder sobrevivir, resignándose a lo que, finalmente, le impone el destino. Sin embargo es El príncipe de la basura el cuento más brillante de todos. Sin necesidad de recurrir a recursos escatológicos para parecer más real, Llosa desarrolla una historia en la que privilegia los puntos de vista en favor de la tensión y va urdiendo una trama de intrigas, traiciones y fatalidades que terminan por sumergir al lector en la misma vorágine donde van a confluir todos sus personajes. Es, ciertamente, un cuento que tranquilamente entra en cualquier antología de cuento.
La medida de todas las cosas es además una apuesta por el cuento, ese género tan difícil como extraordinario, tan olvidado por la moda editorial de privilegiar la novela por sobre todas las cosas; pero es también -y sobre todo- un libro que confirma la madurez de estilo y lenguaje que ha alcanzado el escritor respecto de sus anteriores entregas, con cuentos que uno relee con el gusto de haber descubierto historias estupendamente bien contadas. Recomendado.