Escribe Magnolia Vásquez Ortiz
Lo que nos tocó vivir. Filosofía, pandemia, globalización[1] es un libro en el que a partir de la pandemia de COVID-19, su autor, Erasmo Marín Villegas, reflexiona entorno a lo que la Modernidad -iniciada desde el Siglo de las Luces y que perdura en la actualidad bajo la noción conocida como Neoliberalismo- ha traído a la humanidad desde una perspectiva realista y por lo tanto, pesimista. Erasmo Marín, como muchos pensadores, filósofos, intelectuales -véase el libro Sopa de Wuhan[2] publicado el 20 de marzo de 2020- creyó en un primer momento que el impacto del SARS-CoV-2, conocido comúnmente como Coronavirus, sería un punto de inflexión en la vida del hombre y de su forma de estar en el mundo. Sin embargo, como él mismo evidencia en sus ensayos, lo que ese virus vino a provocar no fue una revolución o un cambio radical en la vida del hombre dentro del sistema neoliberal que nos rige, sino muy al contrario, reafirmó su lugar en nuestra existencia.
Para desarrollar su análisis reflexivo entre pandemia y neoliberalismo (el libro fue publicado en el 2022 pero escrito durante el periodo en que se fue expandiendo el virus hasta el momento en que se volvió parte de nuestra cotidianidad), el autor organizó el libro en tres capítulos: I Brincar el cerco de la globalización; II Rutas latinoamericanas, identidad, diversidad con igualdad, y III COVID-19, vida y poscovid. Estos capítulos contienen ensayos con un estilo parecido al de Eduardo Galeano en su libro Patas arriba, la escuela del mundo al revés: a) los temas están divididos en subtemas, tipo viñetas; b) la ironía permea todos los textos; c) la documentación rigurosa con que argumenta sus afirmaciones y reflexiones están presentes; y, d) como aporte de su singularidad, existe el acompañamiento de citas bíblicas, filosóficas y literarias, según el tema a discutir[3].

En Brincar el cerco de la globalización, con un tono religioso/poético, sin pretender aleccionar al lector, Erasmo Marín Villegas nos traslada al instante en que el hombre es expulsado del paraíso para sufrir, adolecer y llorar en su nuevo hábitat, y atribuye la entrada a la modernidad -como los filósofos anticapitalistas- el padecimiento existencial que habita al hombre contemporáneo. Nuestro autor nos señala que después de acomodarse entre los dinosaurios: Hartos de la hambruna, de pandemias que arrasaban con ciudades y comunas enteras; de guerras para agenciarse tierras cultivables; de la explotación de señores feudales y reyes, los hombres huyeron a… los brazos de banqueros, políticos y nobles que les cambiaron sus herramientas: de la pala, el rastrillo, el machete y el arado, pasaron a desarmadores, martillos, pinzas, láminas y tornos de maquinaria industrial. La modernización se logró, pero el futuro de la humanidad se llenó de cinturones de miseria” (pág. 16).
Cuando Marín Villegas enuncia que desde el momento en que “el alma del ser humano decidió emigrar al cerebro, por considerarlo el espacio idóneo para alcanzar bienestar eterno… quedó atrapada en un laberinto de impulsos electroquímicos, nervios y peligros constantes del exterior”; parece decirnos, que el alma, al cambiarse de casa olvidó los valores que fortalecen la comunidad cuando acontece algo que nos pone al límite -tal como la aparición del coronavirus- y sin este lazo comunitario el miedo encuentra espacio para instalarse y habitar en la vida de los seres humanos, tal como sucedió ante la presencia proliferante del SARS-COV 2.
En este contexto, el miedo como un ente fue mutando: el miedo al contagio y a la muerte se transformó en miedo a morir en hospitales -alimentado por la desconfianza hacia las autoridades responsables de mantener y salvaguardar a la ciudadanía y por la incertidumbre promovida por la desinformación o la información falseada que duró hasta que llegó la vacuna- y a este, se sumó el miedo a ser despojado, primero del trabajo, luego del hogar y al final, de la vida. En este apartado, Erasmo Marín dialoga con Erich Fromm y Heinz Bude, y trae al presente nombres de personajes como Stalin y Hitler, quienes aprovecharon el miedo de la población para llevar a cabo sus proyectos políticos.
Para el cierre del primer capítulo, el apartado titulado: ¿Igualdad o desigualdad multiplicada? el autor responde en un primer momento con la propuesta que hicieron el premio nobel de economía Joseph E. Stiglitz y el economista francés Thomas Piketti en un foro organizado por la Comisión Independiente para la Reforma de Tributación Corporativa Internacional de cobrar el 25% de impuestos a las ganancias y propiedades a los que más tienen en la economía global; sin embargo, la respuesta negativa de los implicados fue contundente, así como contundente son los datos que nos proporciona al respecto Erasmo Villegas al : “Esta postura (la de las potencias mundiales) favorece, desde luego, a empresarios como Jeff Bezos (Amazon) y Mark Zuckerber (Facebook) que en cinco meses de pandemia obtuvieron ganancias por 60 mil millones de dólares” (pág. 27). Con esta información -a pesar de que para el autor “el derrumbe del neoliberalismo dejó en terapia intensiva al sistema económico, político y social”- lo que la lectura nos deja claro es que con o sin pandemia, bajo el sistema neoliberal, el poder es inamovible y no se comparte.

En Rutas latinoamericanas. Identidad, diversidad con igualdad, Erasmo Marín analiza la condición de América Latina en tiempos de pandemia y de globalización. Tomando como referencia Las venas abiertas de América Latina (1971) de Eduardo Galeano y Oro, petróleo y aguacate las nuevas venas abiertas de América Latina (2020) de Andy Robinson, expone a una América Latina aún sometida política, económica y territorialmente a los imperios del mundo que, en estos tiempos de neoliberalismo globalizado, “el camino amarillo” trazado antes hacia el Norte de nuestro continente ahora dirige su punto de llegada a Oriente: el aguacate, el hierro, el cobre, árboles maderables y sobre todo el litio están sustituyendo a paso veloz a las grandes extracciones de petróleo para ser recibidos en el nuevo imperio mundial que es China.
En su recorrido por este segundo capítulo, el autor no deja de señalar otros males que se suman al anterior -el extractivismo de las multinacionales que implica el aniquilamiento de la naturaleza y por lo tanto, el aniquilamiento de la vida de quienes la habitan- y azotan a nuestro continente, tales como las prácticas de corrupción -el caso Odebrecht- que han dado espacio para que el tráfico de drogas, el tráfico de personas y prácticas anti derechos humanos, atenten contra la vida de la población, en especial la de los migrantes.
Pandemia y control social
Desde mi lectura, estos dos primeros capítulos de Lo que nos tocó vivir pueden leerse como un apéndice actualizado del libro Breve historia del neoliberalismo de David Harvey, escrito en el 2005, donde se expone cómo las reformas de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, impuestas a finales de los años setenta, que al liberar al estado de su responsabilidad social y otorgar todas las garantías y libertad de ser y hacer a la propiedad privada, provocaron que la mayor parte de la población mundial se encuentre viviendo una existencia paupérrima, y donde Harvey expone con una crudeza inevitable la vida infrahumana que llevan los cientos de miles de trabajadores chinos para que la gran potencia que hoy es China sea y se sostenga.
No es nada esperanzador lo que se lee -y constata en nuestro alrededor- Lo que nos tocó vivir, y quizá por lo mismo, en el tercer y último capítulo del libro, titulado Covid-19, vida y poscovid, el periodista y también humanista Erasmo Marín Villegas ya no diserta sobre la época del vacío existencial de la sociedad líquida, tecnológica y virtual de la que formamos parte, sino propone y lanza palabras, frases que buscan tocar el espíritu crítico de quien lo lee para sembrarle el germen de la esperanza. Recurriendo a otros humanistas, dialogando con ellos y en ocasiones dando una vuelta de tuerca, Marín Villegas apuesta al cambio individual: Según Bauman, sufrimos por tres vías: 1) la fuerza invisible de la naturaleza; 2) debilidad corporal; 3) relaciones conflictivas con nuestros semejantes. No se contempla el reverso de la moneda: 1) el disfrute de la naturaleza; 2) el ejercicio corporal satisfactorio; 3) relaciones por afinidades electivas con nuestros semejantes. (Pág. 56).
En este último apartado, además de activar nuestra memoria para recordarnos las múltiples reacciones de la población y del Estado ante el Coronavirus -conocido en su primera versión solo por la comunidad científica que trabaja con animales no humanos- a través de narraciones literarias[4] en las que los personajes viven una experiencia similar a la vivida por el COVID-19 en nuestro ya corrido siglo XXI, el autor encuentra y propone algunas alternativas para que los simples mortales, la mayoría de la población mundial, después de superada la crisis, podamos aspirar a la reconstrucción de un mundo distinto y benevolente, porque los dueños del mundo, por su parte, ya están acondicionando otros planetas para intentar la migración[5].
Mientras tanto, podemos ejercitarnos con algunas de estas acciones expuestas por nuestro autor durante el confinamiento al que nos orilló la primera fase de la pandemia y responder en su momento a las preguntas con las que cierra el libro:
Todo inicia con decisiones individuales ¿Cuál será nuestra aportación para crear una nueva sociedad? ¿Estamos preparados para salir de nuestra zona de confort? ¿Está la respuesta en soñar con los ojos cerrados? (pág. 60)
Nota: No quiero omitir una singularidad del libro: contiene poesía visual de la fotógrafa Alejandra Barragán, aunque solo son seis imágenes en blanco y negro logra su cometido de transparentar la luz en medio de la oscuridad; transparentar los buenos deseos que transparenta, entre ratos, Erasmo Marín Villegas:
…la luz es invisible…
…devela las ideas, los objetos, las emociones…
…cuando se encuentra con ellas existe…
…es transparente, no tiene tiempo…
…es transparente, no tiene tiempo.
[1] Erasmo Marín Villegas, México, 2022. Edición de autor. Punto de Venta AMAZON y librería Universitaria (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco)
[2] Entre los que escriben se encuentran Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Franco Bifo Verardi, Judih Butler, David Harvey, Paul B. Preciado, entre otros.
[3] Erasmo Marín Villegas nos comparte a sus lectores, versos de Antonio Machado, Jaime sabines, Joan Manuel Serrat y Pablo Neruda para introducirnos en el tema.
[4] La peste escarlata de Jack London; El rey peste de Edgar Allan Poe; Diario del año de la peste de Daniel Defoe. Cito a continuación su lectura: En ese cerrar de ojos y descansar de esta vida agitada quizá esté la respuesta de cómo será el mundo que nos espera a la salida de esta crisis y qué rumbo debemos tomar. Jack London propone destrucción y creación; Edgar Allan Poe apuesta por el ingenio y la inteligencia; Daniel Defoe por el poder divino; Fernando Savater por la Sociedad y la ciencia, y Octavio Paz por la autocrítica para edificar algo nuevo.
[5] Quizás los asesores del los dueños del mundo leyeron Crónicas Marcianas de Bradbury (1950), Los desposeídos de Úrsula Le Guin (1974) y Lágrimas en la lluvia de Rosa Montero (2011); novelas de ciencia ficción que van un paso adelante de las revoluciones/innovaciones tecnológicas/científicas.