Panorama de la poesía trujillana

El poeta Bethoven Medina ha escrito el más completo material de consulta que se haya podido concebir sobre la poesía escrita en La Libertad.

Escribe James Quiroz

La figura abrumadora y santificada de Vallejo le ha hecho daño a la poesía peruana. Considero que el Top 6 de nuestra poesía podría estar conformada por Martín Adán, Antonio Cisneros, Rodolfo Hinostroza, Jorge Eduardo Eielson, Juan Ojeda y el propio Vallejo. Sin embargo, su lirismo tierno, su acentuado humanismo, su verso de tendencia autocompasiva y su militancia comunista, han hecho que la mayoría de críticos, en su mayoría de tendencia izquierdista, y los propios lectores quienes se reconocen en sus versos más autobiográficos, consideren inamovible a Vallejo en el primer pedestal del canon nacional. Este criterio, heredado y acrítico, no permite que se ensayen otras perspectivas sobre nuestra poesía; por ejemplo, una en donde no se valore la variable del humanismo o la preocupación por el prójimo en los poemas, ni la carga política ni la vanguardia de la escritura, sino la profundidad del pensamiento, el ejercicio intelectual exteriorizado en el lenguaje, entre otras variables, ya no solo desde el nivel de la estructura formal.

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Vallejo y su larga sombra que trasciende los tiempos.

Este escenario de marcado centralismo, ocasiona, a su vez, una valoración incompleta de las poéticas nacionales, las cuales cuentan con una tradición tan o más importantes que las producidas en la capital. En ese orden de ideas, no se puede negar lo relevante que ha sido, por ejemplo, la tradición poética puneña o la poesía liberteña en la conformación de nuestro sistema literario, siendo ambas, hoy en día, históricamente dos de las más importantes tradiciones poéticas, en el sur y en el norte, respectivamente. 

Mientras que la poética sureña ha merecido ya algunos libros y estudios, no ha sido así en el caso de la poesía liberteña. Pese a algunos trabajos antológicos de corto alcance, la poesía liberteña -más allá de Vallejo-, ha sido confinada a la indiferencia y al olvido.

Poeta Bethoven Medina

El poeta Bethoven Medina ha intentado enmendar dicho panorama con la publicación de “Edición Extraordinaria, Antología General de la poesía en La Libertad (1918-2018)” ambiciosa publicación que ya cuenta con dos ediciones (2018 y 2019) y que reúne a 91 poetas con obra publicada, 75 hombres y 16 mujeres, que escribieron teniendo como asiento geográfico a la región La Libertad. En una entrevista, el autor plantea que existe una columna vertebral que representa a La Libertad y transciende las fronteras regionales: César Vallejo, Alejandro Romualdo y José Watanabe, incluidos en la antología. Aun con cierta opinión minoritaria en contra, lo de César Vallejo es casi unánime dentro de la perspectiva nacional e internacional.

El poeta santiaguino desarrolló una obra novedosa y profunda, llegando a modernizar la manera de hacer poesía y su prestigio poético podría compararse con la vigencia algo olvidada de Martín Adán dentro del ámbito nacional, el otro gran poeta peruano, curiosamente contemporáneo de Vallejo. No resulta tan pacífica la cuestión cuando se intenta categorizar a César Vallejo dentro del canon universal, es decir, se exponen menos argumentos consistentes cuando se intenta ponderar al santiaguino, por ejemplo, a la altura de Homero, Dante o Cervantes, matices que merecerían mayor desarrollo en otro espacio.

Poeta peruano José Watanabe (Foto: Paul Vallejos)
Poeta peruano José Watanabe (Foto: Paul Vallejos)

A diferencia de Vallejo, quien obtuvo reconocimiento póstumo, la carrera poética de José Watanabe se desarrolló en seguro ascenso. Luego de haber ganado el Premio Poeta Joven del Perú en 1970 y tras un largo silencio de dieciocho años sin haber publicado poemario alguno, el laredino volvió con “El huso de la palabra” (1989), su buen segundo poemario con el que propuso un estilo personal, inamovible y distinguible que fue depurando hasta la publicación de “Banderas detrás de la niebla” (2006), una obra segura que lo catapultó al estrellato internacional que iba en firme aumento hasta el desenlace de su temprana desaparición física.

La propuesta de Romualdo como tercer componente de la estructura poética de La Libertad sí es controversial pues si bien el poeta ha ganado fama gracias al famoso Canto coral a Túpac Amaru y a un puñado de buenos poemas que hasta un tiempo se memorizaban y recitaban en todos los colegios del Perú, su poesía merecería un reexamen comparado a fin de examinar si realmente es ese tercer poeta representativo como plantea Medina.

Poeta Alejandro Romualdo
Poeta Alejandro Romualdo

Volviendo a la Antología General, como bien sugiere el título nerudiano, el libro apuesta por ser una muestra amplia y generosa de autores que ejercieron la vocación poética en La Libertad (en el libro no solo están incluidos los nacidos en La Libertad sino también aquellos que radicaron en La Libertad), antes que una selección canónica o rigurosa. La muestra alberga diferentes etapas temporales que el autor ha estimado denominar “promociones” que no es otra cosa que la consolidación ordenada de los poetas de acuerdo a la década en que publicaron y estuvieron en activo. Cada “promoción” contiene un breve esbozo del contexto histórico social y los rasgos característicos de las obras que la conforman. El nombre -Edición Extraordinaria- alude precisamente al título de uno de los poemarios más ambiciosos de Alejandro Romualdo.

Los antologados. Si bien no todos los poetas antologados y los poemas elegidos mantienen la misma calidad, es valioso que el libro sí haya rescatado voces relevantes como las de Alcides Spelucín, amigo de Vallejo y creador de “El libro de la nave dorada”, espléndido poemario publicado en 1926 digno de una urgente reedición; Erasmo Alayo, poeta de lenguaje contemporáneo, metáforas audaces y profundidad inusitada, poco frecuentado por las antologías, aunque sí rescatado en el libro “Anti canon poético, 30 poetas peruanos, muertos e invisibilizados” de Jorge Luis Roncal; Antonio Claros, poeta insular de propuesta simbolista y atmósfera sugerente que radicó en Europa hasta su muerte o Salomón Valderrama, poeta nacido en Chilia, un pueblito de la convulsionada provincia serrana de Pataz -como convulsionado fue el poeta en su escritura y en sus modos, radicado desde muy joven en la capital hasta su prematura muerte en 2023-.

Poeta Alcides Spelucin

También es plausible encontrar a Carlos Tataje (también fallecido en 2023), autor de “Dedicatorias” (Premio Gastón Baquero) y Epitafios (Premio Copé de Poesía, 2009), poemarios en donde recorre la historia universal mimetizándose en la piel de sus personajes, adoptando sus voces y sus modos, un recurso literario poco explorado en la poesía peruana; Ladislao Plasencki, autor de Manantiales del desierto (Premio Copé de Poesía, 2003), extenso libro que describe con imaginería  la fundación de la cultura prehispánica en La Libertad, a través de la reescritura de los mitos y la tradición popular; David Novoa, autor de dos libros fundamentales: “Itinerario del alado sin cielo” (Premio Poeta Joven del Perú, 1990) y “Libro de la incertidumbre” o Denisse Vega Farfán, poeta nacida en Trujillo pero radicada desde muy joven en Chimbote, una de las voces más sólidas en la actualidad.

En el libro también aparece la figura tutelar de Julio Garrido Malaver (Celendín, 1909- Trujillo, 1997), quien radicó y desplegó su vida política en Trujillo por varias décadas y que con su notable “La dimensión de la piedra”, obra mayor de la poesía peruana, podría ser considerado, con justicia, el tercer componente de la poesía escrita en La Libertad.

Poeta Denisse Vega Farfán

Otro aspecto relevante es el rescate de la poeta Teresa Arroyo de Guedes (Paiján, 1914-1990), autora de una obra casi desconocida pero valiosa y que merece revalorar y reeditar así como la justa difusión de escritores más jóvenes como Andrea Cruzado quien es la autora más joven que aparece en la muestra.

Asimismo, en la antología se puede encontrar a poetas como Leoncio Bueno, Arturo Corcuera, Tomás Ruiz o Lizardo Cruzado, que han tenido mayor visibilidad dentro del ámbito regional y nacional, así como a otros poetas trujillanos que, sumados a Carlos Tataje y Ladislao Plasencki, también han obtenido el Premio Copé de Poesía como Chrystian Zegarra (Premio Copé, 2005), James Quiroz (Premio Copé, 2019) o César Olivares (Premio Copé, 2021), así como el piurano radicado en Trujillo, Luis Eduardo García (Premio Copé, 2009), por lo que la muestra democrática que propone Medina es un buen estímulo para empezar a estudiar a los autores nacidos y asentados en la región.

Como bien señala el autor (quien, por cierto, decidió no incluirse en su antología) en las primeras páginas de su Estudio Preliminar: “el objetivo del trabajo, que incluye los libros editados entre 1918 y 2018, es identificar y seleccionar las obras más representativas, con el fin de valorarlas y difundirlas”.  El libro, por tanto, es, hasta el momento, el más completo material de consulta que se haya podido concebir sobre la poesía escrita en La Libertad.

James Quiroz
James Quiroz (Trujillo, 1984). Estudió Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo y siguió una Maestría en Derecho Penal por dicha casa de estudios. Ha publicado los poemarios La noche que no has de habitar (2010), Rock and roll 2015 y El libro de los fuegos infinitos (2018).

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