Una entrevista de Juan Carlos Mejía.
Rosa Granda estudió fotografía y ejerció capturando escenas del mundo de la moda, pero además estudió literatura, y su arte terminó decantando por esta segunda pasión, que ahora ha encontrado su forma de expresión en este libro, «Torschlusspanik» -de versos en prosa disfrazados de ensayo, como lo describiera en un artículo el también poeta Mauricio Medo- y nos presenta un mundo de cuestionamientos y temores enfrentados a través de la palabra. «Torschlusspanik» (Editorial Perro de Ambiente) se presentará este 25 de junio, a las 7:00 p.m., en la Libreria Café del Fondo de Cultura Económica, (calle esperanza 275, Miraflores).
El título alude a un juego de sensaciones, al orgasmo, que es también una pequeña forma de morir ¿cómo asumes esa condición como creadora, como mujer?
En realidad, el título es un juego bastante complejo de palabras que asocio con el cerrar de puertas, de oportunidades, también con el tema de género porque siento que la mayor carga de exclusión social siempre recae sobre la mujer; entonces decidí romper eso. En términos generales, mi texto es bien atípico. Hace poco lo definieron como un cuaderno de ensayos y es así, no fue concebido naturalmente con un fin poético.
La primera parte del libro desarrolla un juego con el lenguaje, a la vez una exploración…
Claro, también he usado bastante los recursos semióticos, los silogismos, el tema de lo visual también está presente. El juego con los epígrafes también es muy significativo para el texto. Lo que busco con este texto es que trascienda sobre el tema de la edad en las mujeres. He jugado bastante con los temores, esos temores existenciales que las mujeres tenemos.
«Qué desgracia ser mujer y eso que la peor desgracia cuando se es mujer es, en el fondo, no comprender que lo es». ¿Tu búsqueda a esa disyuntiva la realizas a través de la poesía?
Sí, es “una manera de”, ya que para mí el escribir es terapéutico. A mis 33 años, mi política de vida es asumir las presiones porque veo que en literatura no nos hemos atrevido a explorar tanto como los hombres; y yo me siento con la libertad de pensar que, gracias a mi texto, algunas cosas puedan cambiar.
Es inevitable la referencia a los títulos que componen el libro, desde el título mismo…
Como te dije, si nos vamos al tema literal refiere al cerrar de las puertas, pero la misma palabra ha sufrido tantos cambios a lo largo del tiempo que se traduce como ese temor de saber que no te llega a alcanzar el tiempo, el miedo al vacío, a quedarte solo. Yo divido el texto en tres partes y algo que muestro desde el inicio es el miedo a dormir, de saber que existe un mañana.
Uno de los problemas -me parece- de la producción poética es esta separación de «poesía escrita por mujeres» como categoría para intentar explicarla.
Como ya te comenté yo creo que es más un cuaderno de ensayos, solo que lo escribí con esos brotes de sinceridad. Era experimentar con el discurso sicoanalítico, con el narcicismo y es mi punto de vista social sobre cómo es la vida y que marque la voz de la mujer con bastante presencia.
Muchas autoras refieren, como tú, que no tuvieron como idea inicial escribir poesía, ¿es acaso este género innato a la mujer?
No es así tan romántico como lo planteas. Quizá, como en mi caso, es un tema más de influencia; también siento que encasillar a la mujer dentro de la poesía está mal. No quiero llegar al punto del feminismo porque me parece que eso también es una definición masculina.
Estudiaste literatura pero te dedicas además a la fotografía de moda…
Estudié fotografía pero me dediqué al stylishk,¸pero lo dejé porque me di cuenta de que la moda es algo muy banal. Por otro lado yo también trabajo con niños que es algo bastante diferente, todas las cosas que hago son distintas totalmente de las otras. Mi texto también refleja eso, yo no sé si la gente lo entienda o no pero lo importante es que está ahí para cambiar algo.
Un libro toma a veces mucho tiempo para tomar la decisión de mostrarse al mundo ¿cómo decides dar ese paso?
El culpable es Alfredo Lowï. Yo tenía el texto en un 80% y él me dijo que deberíamos publicarlo, pero tenía ese miedo, era como entregarle mi diario personal a miles de personas. Decidí hacerlo por lo mismo en que gira el texto, la presión social de saber que se te está acabando el tiempo para cumplir tus propias metas. De todas maneras mi miedo está ahí, es algo que con el tiempo se irá borrando.
Finalmente, aunque esto recién empieza (la vida del libro) ¿tienes otros proyectos en mente?
No estoy envuelta en ningún otro proyecto, solamente estoy involucrada en este libro y creo que es importante llevarlo hasta el final, emprendí este camino y no pienso detenerme.