Escribe: Gabriel Rimachi Sialer
Jack Martínez (La Oroya, 1983) apareció en la escena literaria peruana con la novela breve “Bajo la sombra” (Animal de invierno, 2015), cuya recepción no pasó desapercibida, y cuya temática -si bien ahora traspolada a otro escenario y circunstancias-, continúa ahondando las relaciones entre padre e hijo en esta su nueva entrega, “Sustitución” (Emecé, 2017).
¿Cuántos secretos pueden esconder las historias familiares? Muchos, ciertamente, y algunos más escabrosos que otros. La historia de Jesé, el personaje principal de “Sustitución”, novela de Jack Martínez, es una de ellas. Hijo de un migrante peruano que abandonó los andes para vivir el sueño americano luchando en Vietnam (lugar donde perdió una de sus piernas a causa de una mina), Jesé es un profesional promedio, ingeniero biomédico, que conoce a Laura, una “psicóloga” portorriqueña con quien emprenderá un viaje a través del Midwest que lo orillará a enfrentar su recuerdo más remoto (la noche en que vio a su padre en la cama, durmiendo, con el muñón expuesto), y sus secretos más negados (el sórdido origen de su vida, su orfandad materna y un crimen resuelto y confesado que lo atormenta). Y es aquí, en este último punto, donde radica la mayor fuerza de esta novela.
Todas las buenas historias, escribió Piglia, cuentan dos historias. Se alimentan entre sí, pero ambas no siempre mantienen el mismo nivel de intensidad. Ocurre esto en “Sustitución”. La historia del Jesé es interesante por los secretos que esconde y por cómo se van develando (uno llega a “entender” o “justificar” ciertas actitudes del personaje); pero es la historia del padre de éste quien se lleva de encuentro la novela: bien delineado, atormentado por el crimen que cometió y víctima de sus miedos producto de la guerra, es quien sostiene toda la trama de la historia. Si bien existen ciertos errores que pudieron evitarse con la edición (como cuando el personaje, en repetidas oportunidades, le habla al lector innecesariamente, sacándolo de la historia: “como dije antes”, “ya dije que”, “como he dicho antes”, “ya he dicho que”, etc.), “Sustitución” es una muy buena segunda novela, cuya lectura se hace fluida por la forma compacta en que se desarrolla y por la estrategia de estructura que el autor le ha construido.
La lectura de esta segunda entrega de Jack Martínez mantiene el interés y alcanza en no pocos momentos vuelos bastante interesantes. Estamos leyendo entonces una voz que, esperamos, se vaya consolidando con próximas entregas.