Un cuento de Abelardo Castillo Supongo que siempre lo supe; un día yo iba a terminar llamando a esa puerta. Ese día fue esta noche. La casa es más o menos como la imaginaba, una casa de barrio, en Floresta, con un jardín al frente, si es que se le puede llamar jardín...
Escribe Roberto Fontanarrosa A mi mamá le gustaba mucho el trago. No puedo decir que tomaba una barbaridad, pero, a veces, cuando a la noche se acercaba a darme un beso, yo podía percibir su aliento pesado por el alcohol. Ella siempre me besaba antes de irse a dormir....
Escribe Rodolfo Walsh El coronel elogia mi puntualidad: —Es puntual como los alemanes —dice. —O como los ingleses. El coronel tiene apellido alemán. Es un hombre corpulento, canoso, de cara ancha, tostada. —He leído sus cosas —propone—. Lo felicito. Mientras sirve dos...
Escribe Mariana Enríquez Soy Mariana Enríquez y tardé muchos años en lograr mi primer cuento. Cuando empecé a escribir estaba en la secundaria y aunque no tenía del todo claro lo que quería -en ningún sentido-, me incliné por la novela. Y así mi primer libro fue...
1964 I Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.Ya no compartirás la clara lunani los lentos jardines. Ya no hay unaluna que no sea espejo del pasado, cristal de soledad, sol de agonías.Adiós las mutuas manos y las sienesque acercaba el amor. Hoy sólo tienesla fiel...