Escribe Diego Nieves
Desde 2015, diferentes referentes culturales e intelectuales se han reunido para celebrar el arte alrededor del Hay Festival Arequipa. Desde galas de poesía hasta conversatorios de ajedrez y matemática, las posibilidades de este festival cultural parecen extenderse a todas las aristas del conocimiento.
Así se ve el Hay Festival en números: más de 140 invitados; 17 países; más de 100 eventos; diez sedes. Este año, el Hay contó con dos premios Nobel. Abdulrazak Gurnah, Premio Nobel de Literatura 2021 y Carlos Umaña, Premio Nobel de la Paz 2017.

Asistió también la española Irene Vallejo, cuya presencia abarrotó el Teatro Municipal de Arequipa, realizando el conversatorio La invención de los libros. Filóloga de profesión, Vallejo obtuvo el Premio Nacional de Ensayo 2020 por su obra El infinito en un junco, libro que esboza el panorama de la invención de los libros en el mundo antiguo. Su firma de libros duró más de dos horas, llegándose a formar colas de dos cuadras.
Otro de los grandes invitados fue Luis García Montero, presidente del Instituto Cervantes. En la Gala de Poesía, organizada el viernes 08 de noviembre, recitó junto a distintos colegas; entre ellos, el poeta arequipeño Alonso Ruiz Rosas, Premio Copé de Poesía 1999, las poetas Rocío Silva Santisteban y Victoria Guerrero Peirano, entre otros reconocidos artistas.

Acompañó también la Orquesta Sinfónica de la UNSA, a cargo de la directora titular Pilar Lopera Quintanilla y el director invitado, el francés Christophe Talmont. Con el Teatro Municipal lleno, más de medio centenar de músicos presentaron el programa musical en dos partes; la primera con el Requiem Op. 43 del francés Gabriel Faure; la segunda con el Concierto para flauta y orquesta en Re menor de Aram Khachaturian. Una hora y media de música en una velada memorable.
El público también fue protagonista del Festival. Con la coorganización de la PUCP, se llevó a cabo la Lectura continuada de Conversación en La Catedral, la tercera novela de nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa. En el frontis del Monasterio Santa Catalina, diferentes personas leyeron en voz alta diferentes pasajes de las más de setecientas páginas de la obra maestra del escritor.

El gran dilema del Festival fue: ¿a qué eventos asistir? A la misma hora, el público podía elegir entre conversatorios políticos, literarios o recitales de poesía.
Experiencias como estas nos acercan a la cultura. El Hay Festival ha soportado las vicisitudes de la pandemia, llevándose a cabo de forma virtual algunos años. Pero es presencialmente como los autores llegan a su público de la forma más certera. A través de estos espacios conocemos el germen que les permitió gestar sus obras, sus futuros proyectos y, en el caso de los invitados extranjeros, aprendemos de otras culturas y conocemos la idea que tienen de nuestro país y todo su canon literario, que, sin duda, no es menor.
Un evento antológico.