Charles Walker: «Túpac Amaru aún asusta a Lima»

El destacado historiador norteamericano Charles Walker acaba de publicar un libro ilustrado sobre Juan Bautista Túpac Amaru.

Una entrevista de Gabriel Rimachi Sialer

Charles Walker es un escritor estadounidense, presidente de la Fundación MacArthur en Derechos Humanos Internacionales​ y profesor de historia latinoamericana en la Universidad de California, Davis.​ En sus investigaciones sobre Túpac Amaru II y su rebelión, descubrió la fascinante historia de Juan Bautista Túpac Amaru, el hermano del rebelde que fue llevado preso al África por más de treinta años, y cuya memoria quedó registrada en sus diarios, los mismos que han servido de fuente histórica para reconstruir una de las biografías más apasionantes de esa etapa convulsa en la historia del Perú, y que llega ahora a nosotros en formato de libro ilustrado, porque una de las metas de Walker es que rescatar al personaje olvidado y que se lea su vida en todos los colegios del Perú.

Hace unos años salió una novela escrita por Juan Manuel Chávez, sobre Juan Bautista, el hermano de Túpac Amaru. Hasta entonces era un personaje que no existía en el horizonte nacional. ¿Cómo llegas a él?

Descubrí el nombre de este personaje hace muchos años durante una investigación sobre Túpac Amaru, pero la información era muy escasa: apenas tres párrafos en el texto que entonces estaba consultando. Estaba convencido de que este personaje merecía más, pero no encontraba la forma. Me comenzó a gustar la novela gráfica, la artista me pareció de lujo, planteé la cosa y comencé a investigar. Encontré más datos y teorías sobre el barco, sobre la prisión, y me animé a volcarlo todo en este nuevo libro. Y sí, ha habido bastante investigación. Iba a ser un proyecto fácil, pero no existe tal cosa.

Es un gran proyecto que requiere de una profunda investigación ¿Cuáles son las fuentes que consultaste para poder recuperar a Juan Bautista Túpac Amaru?

Bueno, una de las fuentes más usadas fueron sus diarios ¿no? Cuarenta años de cautiverio, que apareció en Argentina provocando un gran debate hace ya 200 años. Algunas personas creen pues que son apócrifos, que no existió, que se ha inventado. En realidad su historia es tan maravillosa, tan fantástica, que creen que es ficción. Además hay algo de racismo: cómo un indígena puede escribir tan bien, porque no se sabía mucho de él. Sus diarios entonces han sido mi gran fuente porque indica en sus páginas qué mes estuvo en tal sitio (en Brasil, digamos), y después comencé a investigar en Lima, donde encontré algunas cositas; en Cusco, en el Archivo de Indias de Sevilla encontramos -con la ayuda de Luis Miguel Glave- unas fuentes muy buenas: sus peticiones de libertad después de diez, veinte, treinta años en la cárcel. Y ahí también cuenta su historia y la de su hermano, desde aquella prisión en África, frente a esa península de Gibraltar… con la ayuda de varios archiveros encontramos datos muy valiosos.

¿Les falta encontrar algo?

Nos falta, sí, encontrar más sobre su vida en Argentina, sobre sus últimos años. Investigué ahí, encontré algunas cosas porque él era un personaje en ese país, pero falta investigar. Siento que todavía hay cosas que encontrar con más paciencia.

En medio de la historia violenta de su hermano ¿por qué a Juan Bautista no lo matan y más bien lo toman preso?

Porque en realidad él no era tan importante. Los españoles les perdonan la vida a varios parientes de Túpac Amaru, como su madre y algunos primos. Juan Bautista no era fundamental, y esa figura me permite plantearlo más bien como una suerte de anti héroe: no es el gran líder, no da discursos, no mata a nadie, y su única participación en aquella revolución consiste en llevarle a su hermano, una cama. Y así como Juan Bautista, son poco más de cien las personas que se van al exilio.

¿Y cómo consigue su libertad después de treinta años de prisión?

Bueno, por paciencia suya, la verdad. Los liberales, en 1820, dominan España y lo ven como un héroe. Ellos son los que comienzan a levantar la imagen de Túpac Amaru y ocurre aquella paradoja ¿no? Tiene tantos años preso, que cuando el rey y la corte de Cádiz comienzan a dar leyes liberando a estos prisioneros, dicen que, a partir de tal año, pero no incluyen “su” año, porque era casi como un preso olvidado. Y al final lo liberan considerándolo un preso político.

La rebelión tuvo consecuencias graves a todo nivel ¿no? Me parece que una de ellas fue la prohibición a los indios de leer los “Comentarios Reales” …

Es verdad, hay prohibiciones de hablar quechua, de hacer misa, de bailes incas, que son todas las comparsas que conocemos actualmente… pero fracasa totalmente. Yo siempre digo que fueron como las leyes de tránsito de Lima: existen, son rígidas, pero nadie hace caso. Porque los españoles no tenían la capacidad de inventar un nuevo mundo andino, bilingüe o monolingüe en muchas partes, donde los curas -que quieren llegar a las comunidades- tienen que hablar quechua. Así que son medidas utópicas, imposibles. Pero sí hay prohibición porque ese era uno de los libros favoritos de los indígenas.

Túpac Amaru es un personaje potente en la historia latinoamericana, qué fue lo que más te atrajo de él.

Bueno, yo en realidad lo evitaba un poco (risas). Llevé el doctorado hace ya más de treinta años con la idea de trabajar caudillos cooperativos: Cusco, Valle del Mantaro y la costa de Lima, e iba a comenzar con la época de la independencia, pero llegué al Cusco, comencé a investigar la década posterior a Túpac Amaru, que es muy importante, y poco a poco fue incorporando los descubrimientos a la tesis, hasta que una editora -muy inteligente- me hizo ver que estaba dejando pasar un personaje muy importante en toda la investigación. Entonces nació en mí la idea de hacer un libro como este que ahora presento, pues es un proyecto que se alimentó también de las investigaciones que hice en Sevilla hace ya quince o veinte años, tú sabes: soy un nerd de la historia, y encontrar citas de Micaela Bastidas o datos desconocidos de Túpac Amaru, terminaron por animarme finalmente a plasmar todo eso en un libro.

La publicación del libro sobre Túpac Amaru abrió un abanico de interpretaciones sobre el tema ¿Has visto que ha habido nuevas investigaciones o mucho repiten de lo que tú has investigado hasta la fecha?

Hay nuevas, hay nuevas. Me anima mucho que hay jóvenes en Cusco, tesistas que están trabajando el tema. Yo, cada vez que doy una charla en la UNSAC insisto que este no es un tema agotado. A mí me critican mucho también. Me dicen, por ejemplo: “En mi pueblo pasó tal batalla y usted no menciona a ese pueblo”. Y digo: “Yo no cubro todo. Si no, sería un libro enciclopédico de tres mil páginas, que tal vez nos hace falta, pero yo no lo voy a escribir”. Así que quedan muchos temas por desarrollar, como la participación de las mujeres populares en la guerra, las rabonas, y en Cusco he encontrado algunos jóvenes que están haciendo tesis y esto me alegra mucho.

En algún momento escribiste o comentaste que existen, en este momento, descendientes directos de los incas.

Hay, sí, claro, sin duda. Hay familias en Cusco cuyos apellidos se han sometido a pruebas, hay gente que lleva los apellidos. En el caso de Micaela Bastidas y Túpac Amaru es más complicado. Juan Bautista con su esposa -Susana Aguirre- no tienen descendencia, y los españoles mataron muchos descendientes. Pero de otros Incas sí hay descendientes.

Como un historiador que ha analizado la historia y comparado ese tiempo con el actual: ¿por qué crees que nosotros los peruanos no funcionamos como Nación?

Es muy complicado. En estos momentos, además, muchos países están divididos por cuestiones políticas. Las divisiones se dan en todas partes. Pero en Perú se dan en parte porque son una sociedad muy heterogénea donde además hay diferentes visiones. La costa y los andes son una división muy simplista para el ejemplo, pero funciona: Túpac Amaru provocó miedo en Lima y creo que todavía lo provoca de alguna forma ¿no? Cuando Velasco impone a Túpac Amaru como héroe nacional fue bien recibido en Cusco y otras partes del Perú, pero en Lima hubo sectores que dijeron “Un momentito, este es un indígena muy radical”. Creo que son divisiones históricas muy fuertes que vienen desde la Conquista, pero, sobre todo, del siglo XIX, donde Perú no cuajó como nación.

¿Tú crees que se puede sacar una lección de la vida de Juan Bautista?

Persistencia. Una persistencia increíble. Cuando uno escribe una biografía lo hace desde el sentido crítico también. Y destaco en Juan Bautista su gran amistad con el padre Durand Martell. Y acá insisto: hay que leer sus memorias. Yo creo que es un texto que debería leerse en los colegios y no entiendo por qué no se hace, por qué no es parte del canon nacional, no entiendo… Con este libro me gustaría colaborar con eso.

Charles Walker en el Hay Festival Arequipa 2024:

Sus actividades en este link

Gabriel Rimachi Sialer
Gabriel Rimachi Sialer. Director y Fundador del Círculo de Lectores Perú. Autor de los libros de cuento "Canto en el infierno", "El color del camaleón", "El cazador de dinosaurios", "Historias extraordinarias"; la novela infantil "La increíble historia del capitán Ostra"; y la novela "La casa de los vientos". Reconocido en la antología nacional "El cuento peruano 2001-2010", del crítico literario Ricardo González Vigil, dirige la editorial Casatomada y la revista del Círculo de Lectores.

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