Escribe Eric V. Álvarez
Fernando Pessoa convirtió su soledad en una multiplicidad de compañías. Todas ellas nacidas de su disociada imaginación. Y todas ellas, también, con vidas y obras propias. Era el poeta portugués, en sí mismo, una literatura.
Los poetas no tienen biografía, decía Octavio Paz. Su obra es su biografía. Aunque a primera vista la sentencia del Nobel mexicano pareciera absoluta, no lo es, puesto que cuando la escribió, él mismo desconocía muchos de los aspectos de la vida del poeta portugués. Basta leer la temprana biografía que le dedica Gaspar Simoes (y aun la de Crespo y la de Brenchon) para darnos cuenta de que la vida de Pessoa fue intensa en muchos sentidos. La creación de la vanguardia portuguesa, sus amores con Ofelia, su exceso alcohólico, el suicidio de quien dicen fue su único amigo, Mario de Sá-Carneiro, el encuentro con Aleister Crowley, sirven de ejemplo de que la vida de un poeta no es solo su obra, sino también los sucesos que se ocultan tras ella.
Nacido un día como hoy, hace ciento treinta y tres años, no solo obró en una dirección: su trabajo se discurre una gran variedad de caminos y propuestas que, incluso, se contradicen entre ellas. Caeiro no es igual a Campos ni este a Soares. Este último, así, difiere de los poetas mencionados antes en una sola cuestión: escribió solo prosa. Y esa prosa, iniciada por Pessoa hacia 1913, tuvo, en un primer instante, hasta tres autores. El barón de Teive, Vicente Guedes y Bernardo Soares crearían los primeros esbozos de ese libro inacabable que es el Libro del desasosiego. En él nos encontramos frente a la “biografía sin hechos” de Soares, un tenedor de libros solitario que pasa sus días inmerso en su oficina o en las calles de Lisboa, en los cafés o en la Baixa, lugares que sirven de escenario para los apuntes y reflexiones con tintes filosóficos, morales y metafísicos que el autor anota en sus cuadernos. A veces el libro llega a tener una oscuridad que configura un lenguaje propio, críptico, a decir de Ángel Crespo. Pero eso no es motivo para abandonar el libro. Es, al contrario, un estímulo para adentrarse en él. Y para conocer un libro como este, múltiple, abierto, inabarcable, es necesario navegar por las ediciones que hasta el momento han aparecido en nuestro idioma.
1. Edición de Ángel Crespo
Se trata de la primera traducción al español del Libro del desasosiego. La traducción, la organización, las notas y la introducción están a cargo de Ángel Crespo, uno de los más grandes estudiosos de la obra de Fernando Pessoa en el mundo. Fue publicada por primera vez en 1984 por la editorial Seix Barral. Conviene citar la aclaración de la primera autoría del libro que hace Crespo: “En 1913, Fernando Pessoa publicó en la revista A Águia un original en prosa, titulado ‘Na Floresta do Alheamento’ (En la floresta de la enajenación), del que se decía ser parte del Libro del desasosiego, en preparación. Dicho escrito iba firmado por Fernando Pessoa, sin que se hiciese la aclaración, o la salvedad, de que su autor lo atribuyese a Bernardo Soares ni a cualquier otro de los personajes que […] dio posteriormente como autores del libro”. El título del libro, es necesario anotarlo, tiene una ligera variante con los que vendrían luego: Libro del desasosiego de Bernardo Soares. La ordenación de los fragmentos obedece al hecho de que Crespo desea situar al lector “en el ambiente cultural del libro”. Esta traducción tiene el mérito de seguir, a partir del fragmento diez, el orden de Prado Coelho (quien junto con Maria Aliete Galhoz y Teresa Sobral Cunha fueron los primeros editores del texto), quien distribuyó los textos “en manchas temáticas”.
2. Edición de Santiago Kovadoff
Esta edición vierte a nuestro idioma la realizada por la editorial Assírio e Alvim, dirigida por Richard Zenith, en 1998. Fue publicada por Emecé Editores en el año 2000. Su característica principal estriba en que Kovadoff no dejó de lado los fragmentos que no se incluían en un primer momento en el Libro del desasosiego, sino que él los consideró de suma importancia para la organización del corpus final. Sin embargo, para no ampliar el texto de aquello que se cree fue su forma original (aunque hablar de forma original en un libro como este resulta inútil), excluyó algunos fragmentos firmados por el barón de Teive, uno de los, como ya dijimos, primeros autores del libro.
3. Edición de Richard Zenith, traducida por Perfecto E. Cuadrado
Editada por Acantilado, se basa, según reza en la contraportada, en la edición ampliada de Richard Zenith. El traductor Perfecto E. Cuadrado utilizó la edición canónica portuguesa publicada por Assírio & Alvim en 1998. En esta edición echamos de menos una introducción que nos acerque al universo de Pessoa y acaso una explicación del ordenamiento de los fragmentos. Al ser la más asequible y la de más llegada al público lector, esta edición peca de esa falencia: hacernos ingresar a la obra del genio portugués como quien te lanza de frente al mar, incluso a sabiendas de que no sabes nadar. Sin embargo, poco a poco uno se mantiene a flote y llega a dejarse llevar por ese mar que significa este libro.
4. Edición de Jerónimo Pizarro y Antonio Sáez Delgado
Es la más hermosa de las ediciones. Publicada por la editorial Pre-textos en setiembre del 2014, sigue la edición crítica hecha un año antes por Jerónimo Pizarro para la editorial Tinta de China. Además, se valió de algunos aspectos formales de la otra edición dirigida por Pizarro en 2010 publicada en Lisboa, Imprensa Nacional – Casa de Moeda. La característica principal de este libro es que sigue un ordenamiento cronológico de los papeles dejados por Pessoa. La edición cuenta con fotografías y un anexo en el que se incluyen los documentos que no se encuentran en la Biblioteca Nacional de Portugal.
5. Traducción y edición de Manuel Moya
Publicada por Alianza Editorial, esta versión del Libro del desasosiego retoma la clásica versión de Assírio & Alvim, Libsoa 2009. Lo novedoso de esta edición es la traducción de Moya. El orden de los textos se ha realizado a partir de la numeración de los mismos y no se menciona siquiera la posibilidad de que los autores de algunos fragmentos sean Guedes o el barón de Teive.
Aunque sabemos de la publicación del Libro del desasosiego por parte de la editorial bid & co. editor, de Venezuela, aún no ha llegado a nuestras manos y solo se conoce que es la versión crítica de Jerónimo Pizarro, bilingüe para más señas. También existen otras dos ediciones: una publicada por editorial Funambulista, que reúne fragmentos del libro como para alguien no iniciado en la lectura de Pessoa y una en la editorial Baile del Sol, del 2014, del mismo traductor de la edición de Alianza Editorial.
Quería terminar mi viaje por el desasosiego de Pessoa con una anécdota: cuando el poeta caminaba con su amada Ofelia, casi al final de esa relación que tuvo dos etapas, por la Calçada da Estrêla, se paró en una esquina. Ella también se detuvo. Entonces el poeta le dijo, Ofelia, tu amor por mí es tan fuerte como ese árbol. Sorprendida, Ofelia replicó: Pero Fernando, no hay nada ahí. Y Pessoa, no podemos saber si con tristeza o nostalgia o sonriendo, contestó: Precisamente.
*Las fotos corresponden a la biblioteca particular del autor del texto.
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Eric V. Álvarez. Es profesor de literatura y lengua española y licenciado en Educación por la Universidad Nacional de Educación, Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta. Ha cursado la maestría de Literatura Peruana y Latinoamericana en la UNMSM. Escribe reseñas y se encuentra próximo a publicar una novela. Trabaja como corrector de estilo en el diario La República y para varias editoriales y publicaciones independientes.