Sobresaturaciones de Fernando Nieto Cadena

El 29 de marzo de 1947, nace en Quito, Ecuador el escritor Fernando Nieto Cadena, destacado poeta y narrador que radicó en México desde 1978 y fue coordinador de diversos talleres como El jalón literario.

Publicado

8 Mar, 2025

Escribe Magnolia Vásquez Ortíz

¿Dónde está la vida? no quiero perderla de
vista no quiero se me vaya de ronda y me deje
rondando el mar de mis presentimientos…
Fernando Nieto Cadena

Saturar, según el diccionario de Lengua y Cultura de Larousse es “llenar completamente, hacer que una solución contenga la mayor cantidad posible de cuerpos disueltos” y sobresaturar “obtener una solución más concentrada que la solución saturada”. En Sobresaturaciones, libro que hoy nos ocupa, el poeta Fernando Nieto, además de insistir fehacientemente sus obsesiones cotidianamente literarias: autores y lecturas del día, sueños,  recuerdos nostálgicos de infancia y juventud,  añoranza constante de su mar y terruño donde creció, el diálogo permanente consigo mismo sobre su vidamuerte y su soledad alcanzada por la vejez y la enfermedad, ya no tan mofada como en otros libros; el poeta, además de insistir “sobresaturando” estos lugares comunes de su poesía, da un descanso a su recurrente yoísmo, al monólogo interior, al fluir de la inconsciente conciencia con su respectivo juego asociativo de palabras bullangueras, y da todo un paseo a conciencia en el espacio exterior ajeno a toda vivencia subjetiva e intelectualizada por sus viajes cotidianos en libros, revistas y periódicos.

Declarado peatón insobornable dice vuelvo a caminar mando al carajo la recomendación de los galenos no se agite no camine mucho no ande bajo el sol… Ese vuelvo a caminar, es un vuelve a la vida del poeta después de superar las afectaciones corporales de diabético con insuficiencia renal y respiratoria, que –apunte al margen de sus versos, por experiencia compartida- lo llevaron a estar encamado una semana en su reconocido buen amigo el Hospital Juan Graham Casasús, de donde salió para respirar no un segundo sino tal vez un quinto, sexto, “n” número de aire.

El paseo -no autorizado por los galenos- por la ciudad que habita, es una respuesta de Fernando Nieto a su muerte cada vez más seria, cada vez más cercana, cada vez más él de ella, tal como lo expresa en los siguientes versos usted comprenderá por ahora no tengo tiempo para morir tan solo tengo algo de tiempo para desmorirme qué quiere usted así somos en esta ciudad cada vez más encementada menos hospitalaria por aquello de los cambios climáticos las inundaciones…

Su caminar por el espacio exterior, le recuerdan que la vida también está en otra parte y entonces las caminatas literarias, filosóficas, oníricas, memoriosas que nos comparte el poeta en Sobresaturaciones -derivadas la mayoría de sus lecturas- son solo complementos de su caminar por la ciudad, la ciudad de Villahermosa donde se reencuentra con los transportes colectivos (combis, transbús, taxis) y sus espacios representativos como el Parque la Pólvora, el Mercado de la Sierra, la Casa de los Azulejos, Parque Juárez, Casablanca y el Malecón.

En estos espacios, Fernando Nieto, a pesar de su enferma-edad, es sacudido y vitalizado por niños columpiándose en el parque y parejas de jóvenes en pleno cachondeo, casi tímido, gritándole vida; por padres de familia parloteando en espera de sus pequeños hijos escolares; por plática sabrosa con la sexoservidora quien se queja porque los putos seducen mejor a los clientes; por plática con el comerciante quien se siente más seguro porque puso rejas a su local en el mercado Pino Suárez; por las comilonas de cochinita pibil, tacos morongueros y chicharroneros con su respectiva coca ligh; por unos recorridos involuntarios en los bajos rumbos de Tamulté y Atasta; por otros aconteceres más personales como la solicitud-exigencia de su presencia en las reuniones con las amigas y amigos entre carnes asadas, entre visitas al mar o al colegio de monjas aunque le den alergia, todo sea por una buena compañía, son motivos suficientes para que el poeta siga hurgando en ella, la aún incomprendida vida Sucede con la vida lo que acontece con los padres primerizos nunca se sabe qué hacer cómo educar a sus primogénitos van de fracaso en fracaso con cada nuevo hijo así va la vida con nos y los otros y los de ayer y los de hoy y los de mañana ensañándose porque no puede enseñarnos o no queremos que nos enseñe.

A diferencia de su libro A todo nada (2013), donde prevalece el juego de palabras y el ritmo, la musiquita afrocaribeña que tanto gusta al poeta escuchar, en Sobresaturaciones el ritmo de su escritura se torna un poco acompasado, se vuelve más del lado de lo narrativo y visual, sobre todo cuando habla de su niñez y familia, tema, por cierto, inusualmente expresado en su escritura  fue hace mucho cuando aún era ese niño que deambuló por alamedas y ejidos buscando con quién jugar/ ese que se perdió en el bosque y cayó en una quebrada y se puso a llorar porque la tarde se alejaba/ fue en unas vacaciones por seguir a mi hermano con sus amigos que iban a jugar una cascarita futbolera…

O estos otros versos: me veo trepar a la primera rama del árbol/ mis primas gritan que ya no suba más que me voy a caer/ bajo sin prisa con los bolsillos llenos de almendras el regaño mira nomás cómo ensuciaste la camisa primo te jodiste me dice mi primo ya no te van a llevar al circo te jodiste por pendejo y mal cantante/ total que ni quería ir le digo para que ya no joda más mientras contengo los huracanados mares del llanto.

O estos, donde la madre se hace presente cuando mi mamá andaba realmente enojada conmigo me iba al parque hasta que se le pasara/ sabía bien si era o no el momento de alguna impertinente travesura porque si me decía mangajo del demonio mejor me aguanto las ganas de fastidiar/ esa palabrita de mangajo nunca he sabido bien a bien qué significa pero debe ser algo muy cabrón para que mi mamá tan propia en sus expresiones tan medida en su hablar me lo dijera como aviso de que estaba en el límite de tolerancia a punto de entrar a la zona minada donde más de un coscorrón me iba a llevar por desmadroso.

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Sin embargo, aunque la ciudad es el tema novedoso y fresco que sobresale entre los que ocupan la escritura de Fernando Nieto, el título Sobresaturaciones hace alusión a la reincidencia de los temas predilectos de él, uno de ellos, lo político-social. Lector asiduo –de libros, revistas y periódicos- necio ciudadano crítico de todo, nos repite nunca he logrado desinteresarme de lo que no me sucede pero me afecta, le afecta tanto que sueña bombardeos donde es ciudadano solidario con una mujer que le pide ayuda a pesar de su prisa por llegar a casa.

Así, cuando en su caminata por el malecón de la ciudad de Villahermosa, el río Grijalva desaparece a sus ojos nos dice con su habitual desparpajo crítico tanto para el gobierno en turno como para los gobernados  trato de imaginar cómo era el río antes de la ridícula barda que le pusieron al malecón/la barda es el autorretrato del gobernador en turno con que revolucionó los diseños arquitectónicos de una urbe acomplejada colonizada maniatada por su desidia por su falta de huevos para rechazar las malas vibras gubernamentales…

Con su mirada realista-pesimista, el poeta denuncia y anuncia en varios poemas, acontecimientos trágicos y deleznables, pasados y vividos recientemente en la sociedad mexicana, mirada previsora del artista marginado por aquellos a quienes critica e ignorado por quienes se preocupa. Pero, aun consciente que su voz de Oráculo de Delfos no penetrará los oídos de la muchedumbre, insiste y suelta los siguientes versos –entre otros- a un gobernante en salida (Felipe Calderón) y a otro próximo a gobernar (Enrique Peña Nieto) no se merece ninguna conmiseración de la misma manera que no tuvo conmiseración con las víctimas inocentes de esa guerra imbécil que otro imbécil amaga continuar… y sigue el poeta anunciando reincido en recordar que ayer nomás ayer fue 2 de octubre y ojalá no regrese ese día aunque quién sabe con el nuevo gobierno que se avecina aprendiz de tirano dictadorzuelo eunuco de lecturas

Después de exclamar su temor de un futuro cercano y funesto -hoy vuelto realidad con los sucesos de Tlatlaya y Ayotzinapa en junio y septiembre y pasados, el poeta se queda tan campante como un repuesto Johnny Walker de luto ensimismado me quedo tan campante como si fuera fácil encontrar por estos rumbos un país con verdaderos ciudadanos que no hayan hecho de la queja su deporte nacional que no diriman en bares cantinas cafés parques y mercados del autoritarismo de sus mandatarios… Fernando Nieto, en Sobresaturaciones, juega el papel de los heraldos negros en lo social pero también juega el papel de crítico implacable y mordaz del sistema completo: gobernantes dictatoriales y gobernados apendejados, conformistas y resignados. Así mismo, expresa incesante y lúcidamente su condición de Sísifo en perpetua lucha contra su realidad cotidianidad casi siempre dolosa y trágica,  su arma es la escritura, con ella recrea la vida pasada, presente y futura de su yo vinculado con lo que acontece dentro y fuera de él:

cada vez que me despierto y me desayunan los infortunios con el sostenido sustentable crecimiento de cadáveres con los reformamones laborales para perjudicar cada vez más al bolsillo ciudadano confieso que puta gracia me hace el mundo puta felicidad me causa ser orgullosamente terráqueo ex antropoide hoy homo erectus homo sapiens homo faber homo eroticus si debo compartir el planeta con verdaderos relamidos hijos de puta empresarios jerarcas eclesiásticos políticos gobernantes corruptos que en el nombre de la fe de sus valores cristianos se han cagado sobre el país sobre la humanidad con desvergüenza salacidad cínica cobarde hipocresía…

Esto de ser uno mismo casi todos los días las tardes las noches es muy aburrido/ no imagino que puede ser peor  estar a punto de nacer o de morir/ lo dejo en justo empate…

Con todo y lo anterior, Sobresaturaciones, es el NO testarudo y rotundo del poeta a exhalar su último aliento, a ceder su cuerpo para alimentar al microcosmo, es el NO que sus amigos entrañables como Antonio Cisneros, Teodosio García Ruiz y Bertha Ferrer, no pudieron o quisieron invocar. Entre las vicisitudes de esta vida mundana y humana, Fernando Nieto, no deja de exiliar a la muerte de sí:

Vete de mí encharcada enfebrecida emputecida muerte… ¿Qué voy a hacer conmigo? Vuelvo a preguntarme/ la pregunta retorna se bugmeramiza insolente ¿además de escribir en qué trabaja?/ la putísima rechingada puta madre esto de escribir no es un trabajo en este mundo/ me rechina la comemierdería de los felices satisfechos los plácidos conformes/ vuelven a preguntar ¿sólo a eso se dedica a escribir?/ eso de dar charlas talleres es parte de su entretenimiento ¿verdad?/ ni madres es parte de mi entrenamiento para soportar a hijos de puta como usted le digo al hombre de provecho…casi me olvido de vociferarle a la muerte vete de mí a las neblinas del ayer vete de mí/ el bolero sigue siendo ese deseo de realidad que nunca nos complace.

En general, la escritura de Fernando Nieto, incluyendo Sobresaturaciones, es memoria contra el olvido, el olvido de sí mismo y de los otros;  es memoria contra el olvido colectivo de sucesos que no merecen, no deben ser borrados y sí recordados y compartidos; es memoria personal social, de los otros, hermanos escritores y artistas –poetas, novelistas, filósofos, cantautores, cantantes, algunos conocidos y abrazados por la señora fama, otros tantos no conocidos y rechazados por esta señora- con los que el poeta nos invita a dialogar y nos incita a leer, escuchar o bailar, pues muy al contrario de lo que pudiera interpretarse cuando caracterizamos la escritura de Fernando Nieto como yoicista o interiorista, esto es sólo en su formato, en su estilo, pues el contenido de su poesía está más del lado de la vida vivida entre pasajeros, amigos, secretarias, burócratas, empleados, comerciantes, y también con mucha más riqueza, la vida que fluye en los libros, revistas, periódicos y demás textos que se le presentan al jocoso, irreverente, contestatario, solitario y siempre informado del día a día, Fernando Nieto Cadena, hasta que finalice ese su viaje de nunca acabar la muerte viviendo.

Magnolia Vázquez Ortiz
Magnolia Vázquez Ortiz. Licenciada en Psicología por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, tiene estudios de maestría en Literatura Mexicana por la Universidad Nacional Autónoma de México, y Teoría Crítica (17’ Instituto de Estudios Críticos, México). Es Profesora Investigadora de la UJAT y miembro fundador del grupo cultural El Jalón Literario.

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